Jugar con los sustantivos en una guerra
El único conflicto armado verdaderamente cercano es aquel en el que una bomba te puede dejar sin casa
Diego San José: "Jugar con los sustantivos en una guerra"
Creo que para ponerse en el lugar de las víctimas de una guerra, o al menos intentarlo, no es suficiente con estar bien informado sino que, a veces, hay que dar el paso de jugar con los sustantivos.
Porque los sustantivos, al final, lo cambian todo. Y más en una guerra como la de Ucrania que nos queda lo suficientemente cerca como para que ya nadie hable de otros conflictos armados y lo suficientemente lejos como para que sólo nos juguemos una subida del gas. Algo que, por otra parte, ya sufríamos sin necesidad de ninguna guerra.
Al final, el único conflicto armado verdaderamente cercano es aquel en la que una bomba te puede dejar sin casa. Para el resto, si de verdad queremos tener empatía, no es suficiente con tener datos, sino que tenemos que darles perspectiva. No lo digo yo, lo dice Robert McNamara en el maravilloso documental “Rumores de Guerra”.
Ahí, el secretario de Defensa norteamericano durante de la guerra de Vietnam, cuenta que la única manera de calibrar lo que supone un bombardeo en el extranjero es sustituir el nombre de la ciudad que te queda lejos por el nombre de otra ciudad que tenga los mismos habitantes pero te quede cerca. Es decir, jugar con los sustantivos. Un ejemplo. Para sentir de verdad lo que supone un titular como que “Cientos de miles de personas resisten bajo condiciones límite en la ciudad de Mariúpol” hay que pensar que Mariúpoltiene una población de unos 440.000 habitantes, muy parecida a la de Murcia. Sin embargo, decir “Cientos de miles de personas resisten bajo condiciones límite en la ciudad de Murcia”, nos toca en un lugar muy diferente porque nos resulta tan cercano a nosotros como Mariúpola un ucranio.
Diego San José
Diego San José Castellano es un guionista de...Diego San José Castellano es un guionista de cine y televisión especializado en comedia. Se ha curtido en la pequeña pantalla escribiendo para programas de humor como Vaya Semanita, El intermedio, Qué vida más triste o La noche de José Mota.