Estamos en uno de los últimos check-points de acceso desde el norte de la ciudad de Kiev hacia el centro. Los milicianos se han organizado con ruedas, trozos de metal, sacos de tierra y viejos coches cruzados en la carretera para que las tropas rusas no puedan acceder al interior de la ciudad. Es la última resistencia civil para intentar que los rusos no lleguen a la capital ucraniana. Antiguos submarinistas profesionales y ex-coroneles veteranos en Afganistán encabezan ahora esta milicia civil para hacer frente a las tropas de Putin. «Mi vida era muy tranquila, soy submarinista de plataformas petrolíferas. Mi último viaje fue a Nigeria y volví un par de días antes de que la guerra empezara. Estoy contento por haber vuelto a tiempo, porque aquí está mi madre y mi hijo... y si yo aún estuviera en Nigeria... dios mío, me suicidaría», relata a la SER. Sobre la ciudad de Kiev siguen sonando detonaciones, sobre todo de las baterías antiaéreas ucranianas que evitan que caigan bombas rusas cerca de la capital. Y el éxodo de civiles continúa. La estación de Kiev es un ir y venir de decenas de personas que tratan de abandonar la capital. Algunas llevan consigo maletas, otras mochilas. Es el caso de Luzmila, que habla con la SER con su sobrino en brazos. Son de Kiev y quieren llegar a la ucrania occidental, les da lo mismo la localidad: «Depende del tren que consigamos». Luzmila viaja con toda su familia y algunos amigos: «Teníamos la esperanza de que acabara pronto, pero ahora vemos que las cosas están complicadas». También en la estación de Kiev está Vitali, que lleva a hombros a su hija de 4 años Karina. Están junto a su mujer y su otra hija: «Quiero enviar a mi familia a Lviv y yo me quedo aquí solo. Preguntaré a los milicianos si necesitan alguna ayuda». La pequeña localidad donde nació ya ha sido bombardeada por las tropas rusas y ahora se queda en Kiev para sumarse a los milicianos contra las tropas de Putin: «Me daría vergüenza sentarme en un tren con mujeres y niños». Vitali vive muy cerca de la torre de telecomunicaciones de Kiev que fue bombardeada y costó la vida a 5 personas: «Vivo a 500 metros, la explosión nos asustó mucho y fue una de las causas que nos hizo salir».