Las escuelas alavesas de la República
En 1932, durante la República, la Diputación alavesa diseñó un plan para construir 145 aulas, una de las cuales se levantó en Zuazo de Vitoria
Se entiende por persona alfabetizada la que sabe leer y escribir. Según los datos del INE, en 1930, Álava era la provincia con mayor índice de alfabetización de España. Ocupaba el primer puesto en el intervalo de edad de diez años en adelante con un 89,24 % de alfabetización, siendo la media del Estado de un 68% en ese tramo.
Por su parte, el porcentaje de alfabetización respecto al total de la población era, en Álava, del 75,11 % mientras que la media del Estado era del 55,62%.
En 1932 había en Álava 440 escuelas para una población de algo más de 100.000 habitantes y la matrícula media por aula de veintiséis alumnos.
Los gobernantes republicanos de la Diputación de Álava decidieron impulsar un plan para la construcción de nuevos edificios de escuelas que sustituyeran a las existentes, que en muchos casos no cumplían con un mínimo de salubridad, espacio y luminosidad.
El 29 de diciembre de 1932 acudieron a una asamblea celebrada en el Palacio de la Diputación los alcaldes de 52 municipios y 68 presidentes de otras tantas juntas administrativas de aldeas alavesas en cuyas localidades se pretendía aplicar el plan ideado para la construcción de las nuevas aulas. La reunión fue presidida por el Diputado General (1), Teodoro Olarte Aizpuru (2), quien explicó a los asistentes los detalles de lo que se pretendía llevar a cabo. La iniciativa fue acogida de manera muy positiva.
El ente foral llevó a efecto el programa a lo largo y ancho del territorio a través de un acuerdo con el Estado por el que se repartía al 50% el pago del coste de las obras entre ambas administraciones. Dependiendo de la población de la localidad las escuelas estarían dotadas de entre una y seis aulas: 71 de ellas, con una clase; 13, con dos; 4, con tres; 3, con seis; y finalmente, 1 con 18, en Vitoria.
La construcción de dichas escuelas, según los proyectos y presupuestos elaborados por los técnicos, ascendía a un coste total de 4.891.058 pesetas.
LA APORTACIÓN DEL ESTADO
El ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Fernando de Los Ríos Urruti, presentó el correspondiente proyecto de Ley a las Cortes Constituyentes el 16 de diciembre de 1932, a fin de ratificar el convenio con la Diputación de Álava y conceder una ayuda para el desarrollo del plan de 2.445.529 pesetas, tal como se había pactado, y que resultó aprobada el 22 de diciembre del mismo año.
El ministro, en el preámbulo del articulado, destacaba la iniciativa de la Diputación alavesa: “Desde el advenimiento de la República, Álava ha intensificado el ritmo de creación y construcción de escuelas; ha dedicado a estas cuestiones sus mejores afanes y, sobre todo ha dominado la conciencia colectiva, la necesidad de abordar en su conjunto, el problema de las construcciones escolares para dotar inmediatamente a toda la provincia de las escuelas que necesita.
La Diputación Provincial, haciendo suya esa necesidad y con la clara visión de sus deberes en orden a la cultura popular de su país, ha confeccionado un proyecto para la construcción de ciento cuarenta y cinco clases, con las dependencias anejas necesarias impuestas por las exigencias de las modernas tendencias pedagógicas.“
Posteriormente, el ministerio aprobó los proyectos de los edificios, elaborados por los arquitectos alaveses Miguel Mieg Alonso y Julián Apraiz, y dio luz verde para que la Diputación gestionara directamente la construcción de los grupos escolares.
En marzo de 1933, varios diputados forales, acompañados del arquitecto provincial Sr. Apraiz, visitaron las localidades, al objeto de conocer los terrenos donde emplazar las escuelas. A la mayoría de ellos se efectuó el traslado en coche, conducido por el chófer de la Diputación, Nicolás Ocio, pero para acceder a unas pocas aldeas, los expedicionarios tuvieron que utilizar caminos un tanto tortuosos a los que accedieron a pie o a caballo desde la carretera más cercana.
En las visitas se informó a las entidades locales de la obligación de que los nuevos edificios de escuelas “no se construyeran entre casas que impedían a los niños disfrutar de panoramas naturales, y que en los nuevos edificios, el aire circulara debidamente y el sol bañara en todo momento las clases y el campo de juego.”
LA ESCUELA DE ZUAZO DE VITORIA
Una del importante grupo de escuelas construidas fue la del pueblecito de Zuazo de Vitoria / Zuhatzu. La primera cuestión que hubo de resolver el Concejo fue la de contar con un terreno adecuado donde levantar el edificio. Para ello se llegó a un acuerdo con un vecino de la localidad. El 10 de febrero de 1933 el presidente de la Junta Administrativa de Zuazo de Vitoria, Dionisio Múgica, comunicaba por escrito a la Diputación los detalles al respecto: “Reunido el vecindario de este pueblo en concejo, bajo la presidencia del que suscribe, se acordó por unanimidad aceptar una finca rústica que para la construcción de la escuela, cede al pueblo el convecino don Cirilo Ortiz de Mártioda, cediéndole a su vez a este el pueblo otro terreno, a cambio de dicha finca.
En estas condiciones puede el pueblo disponer libremente de la finca cedida, para llevar a cabo la ejecución de las obras cuando se tenga por conveniente.”
La Diputación no tenía capital disponible en sus presupuestos para financiar la parte que le correspondía en las obras de tantas escuelas a construir en el territorio, así que optó por solicitar a la Caja Provincial de Ahorros y Préstamos de Álava un crédito por cada uno de los edificios a levantar. No hubo ningún problema en conseguirlo ya que el propio Diputado General presidia la entidad de ahorro.
En las condiciones del contrato se establecía que el dinero prestado sería devuelto por la Diputación en diez anualidades; que el interés que devengara el capital prestado sería del 5,75% anual y que las entidades locales correrían con el pago de los intereses.
En el caso de Zuazo de Vitoria, en un principio, se redactó el contrato del préstamo en el que figuraba como pagador de los intereses el Concejo de la localidad. Sin embargo, los representantes del mismo no acudieron a la firma el 30 de marzo de 1933, fecha en la que habían sido convocados. Entendían que el pago citado resultaría muy gravoso para una entidad tan pequeña, así que negociaron con el Ayuntamiento de Vitoria, al que pertenecían, para que éste se hiciera cargo del pago de los intereses, cosa que consiguieron. El contrato se firmó definitivamente el 15 de abril de 1933, comprometiéndose por escrito el municipio vitoriano a consignar en sus presupuestos anuales la cantidad necesaria para el pago de los réditos en cuestión.
El 3 de noviembre de 1935 se celebró el acto de inauguración de la escuela de Zuazo de Vitoria. Fue un día muy especial para los vecinos que por fin contaban con un edificio escolar con unas condiciones óptimas. Allí estuvieron presentes el maestro, los vecinos y vecinas, los niños y niñas del centro escolar y los miembros del Concejo, con su presidente Dionisio Múgica al frente. Todos ellos y ellas con su vestimenta de domingo luciendo sus mejores galas.
Se contó con la presencia del Diputado General, Luis Dorao Merino (3),-uno de los impulsores del plan escolar llevado a cabo-, que estuvo acompañado del diputado Sr. García. Asistieron también el alcalde accidental del municipio de Vitoria, Sr. Díaz de Junguitu, junto con los concejales San Martín, Lengaran, Zárate, Larrea y Aragón.
Ceferino Yanguas obtuvo una fotografía de todos los asistentes al acto de inauguración posando en la entrada de la nueva escuela junto a la bandera republicana. El Diputado General, Luis Dorao, es el que aparece en el centro con abrigo y corbata y con la mano derecha en el bolsillo; el maestro, Deogracias Ibáñez Casado, está a su derecha- con corbata y peinado con raya en medio-, y que es el abuelo de José María Bastida “Txapi”. Finalmente puede verse al presidente del Concejo, situado a la izquierda del Diputado General.
Después de celebrarse la ceremonia de estreno del centro escolar, todas las autoridades que asistieron a la misma, fueron obsequiadas por el Concejo de Zuazo con un espléndido almuerzo.
LAS ESCUELAS HOY
La gran mayoría de los edificios de aquellas escuelas continúan en pie aunque , en muchos casos han cambiado de uso, muchas de ellas son hoy utilizadas como centro de actividades culturales y recreativas o como txokos. Todas ellas tienen el mismo estilo arquitectónico, y si se ha visto una, es fácil distinguir las demás por su similitud.
La de mayor dimensión de las construidas entonces sigue utilizándose como centro de enseñanza. Se trata del Colegio Samaniego de Vitoria, situado en la calle Monseñor Estenaga, que fue inaugurada por las autoridades republicanas estatales y locales el 28 de abril de 1935. El proyecto lo redactó el arquitecto vitoriano Miguel Mieg Alonso.
EL CONTRATISTA
El contratista Ambrosio San Vicente Arrieta (1902-1971) fue el adjudicatario de las obras de varias de aquellas escuelas en las correspondientes subastas celebradas, entre ellas, la de Zuazo de Vitoria de la que el 19 de abril de 1933 se firmó el oportuno contrato por parte del industrial y el Diputado General Teodoro Olarte.
El importe total de la construcción de la escuela de Zuazo ascendió a 24.412,64 pesetas, cantidad que fue abonada al contratista en dos pagos, a excepción de una pequeña cantidad. Una certificación final de la obra nueva realizada, expedida por el arquitecto Julián Apraiz en diciembre de 1936, indicaba que quedaba por satisfacerse la cantidad de 825,62 pesetas.
El 13 de Enero de 1941, casi seis años después de la inauguración de la escuela, la Diputación -que ya estaba gobernada por los franquistas desde el 30 de julio de 1936- aprobó la liquidación definitiva señalando que el importe que faltaba por pagar a Ambrosio quedara depositado en Tesorería de Provincia, a fin responder “de lo que resulte del expediente que se le tiene incoado por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Burgos, por su desafección al Glorioso Alzamiento Nacional.”
El Boletín Oficial del Estado publicó el 17 de julio de 1937 que se le instruía un expediente de incautación de sus bienes, por parte de las autoridades “por su actuación de oposición al triunfo del Movimiento Nacional.”
Ambrosio, vitoriano de nacimiento, formó parte del Araba Buru Batzar del PNV, y tras la implantación del franquismo, huyó de Vitoria en 1937 para no ser detenido y se refugió en Saint Jean de Luz (País Vasco Francés). Arrestado por la Gestapo en 1943 fue enviado al campo de concentración de Buchenwald, y posteriormente a Flossenbürg. Cuando fue liberado su salud era precaria aunque logró recuperarse y fijó su residencia en Iparralde, donde falleció en 1971.
Sus amigos y familiares, publicaron en el diario local Norte Exprés una pequeña nota necrológica invitando a asistir a una misa en su recuerdo.
Ambrosio heredó la profesión de dos de sus ancestros que, como él, se dedicaron al negocio de la construcción.
Su abuelos fueron Ambrosio San Vicente, (1837 Vitoria / 1914 Vitoria) y su segunda esposa Carmen Etxeberria Ezpeleta (1844 Oñati / 1880 Vitoria), que contrajeron matrimonio el uno de octubre de 1864 en Oñati (Gipuzkoa). Cuando Ambrosio fue bautizado en la parroquia de San Miguel fue inscrito con un solo apellido, figurando una nota que explica la razón: “Bautizado sub conditione; Expósito.”
El aitona ejerció de concejal en el Ayuntamiento de Vitoria y fue un notable maestro de obras. Intervino, entre otras construcciones destacadas, en la cimentación y albañilería de la fábrica Ajuria “La Metalúrgica”, hoy desaparecida y que estuvo situada en la carretera de Ali. También participó en la reforma del convento de Santa Cruz, de la calle Pintorería.
Su padres fueron Hilario San Vicente Etxeberria “Hilarión”- hijo de Ambrosio- (1868-Oñati / 1959 Vitoria), y Josefa Dolores Arrieta Errasti (1874 Pasaia / 1945 Vitoria), que se casaron el diez de febrero de 1897 en Pasaia (Gipuzkoa). Hilarión fue el mas importante contratista de obras de su época y llevó a cabo la construcción de varios edificios de envergadura y belleza arquitectónica con que cuenta Vitoria, entre ellos, el emblemático palacio que levantó para Serafín Ajuria, que es conocido como “Ajuria Enea”, hoy residencia oficial del lehendakari; el Teatro Príncipe, denominado después Teatro Guridi; y el palacio de Ricardo Augusti, hoy utilizado como Museo de Bellas Artes por la Diputación.
(1) Tras la abolición foral en 1877, se designaba como Presidente, a quien dirigía el gobierno de la Diputación. Nosotros hemos preferido utilizar el término Diputado General, ya que es el que se usaba tradicionalmente, y se utiliza hoy oficialmente.
(2) Teodoro Olarte Aizpuru, presidió la Diputación entre 1931 y 1934, y en 1936 desde febrero a julio. Tras el golpe de estado de Franco, fue detenido y posteriormente fusilado el 18 de septiembre de 1936.
(3) Luis Dorao Merino, presidió la Diputación entre 1934 y 1936 (hasta febrero). Fue periodista, presidente de la Asociación de la Prensa de Vitoria y director del diario local La Libertad. Ostentó la Encomienda de la Orden de la República, que le fue concedida el 6 de abril de 1935.