"Necesitamos medicinas, pero también chalecos antibalas"
Voluntarios recogen material para llevarlo a Ucrania por sus propios medios y así ayudar a sus familias
"Necesitamos medicinas, pero también chalecos antibalas"
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Madrid
De sala de ensayos de la asociación cultural Svitanok, a punto de entrega y recogida de ayuda para Ucrania. Un local de apenas treinta metros cuadrados en Villaverde (Madrid) en el que hace dos semanas preparaban obras de teatro, hacían talleres de coronas de flores, organizaban actividades convertido ahora en almacén en el que se apilan cajas y bolsas con medicinas, ropa, alimentos, juguetes....
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La entrada es un ir y venir de vecinos que sacan de sus carros bolsas con ayuda, coches que paran en la puerta y sacan del maletero cajas con medicinas que han preparado en alguna farmacia del barrio. Hyliana, Maryna, Galyna y Natalia son las que esta mañana ordenan, seleccionan y organizan todo. El cansancio y la preocupación por los suyos, los que no han querido o no han podido salir de Ucrania se ve en sus ojos, la mascarilla no lo tapa todo.
Natalia lleva veintidós años en España y después de hacer turno de noche en la gasolinera en la que trabaja, sonríe a los vecinos que llegan con lo que pueden. "Ahora necesitamos sobre todo medicinas y material sanitario, pero también chalecos antibalas y guantes de trabajo para quitar escombros". Lleva toda la mañana pendiente del teléfono porque en un rato salen hacia Polonia para recoger a dos sobrinos. "Tenemos que hacer 6.000 km hoy porque están en la frontera. Por lo menos salvamos dos vidas, tienen seis y once años y están asustados".
"Todas tenemos familia allí, cuenta Halyna, que no para de responder al teléfono que no para, llamada tras llamada ofreciendo ayuda y preguntando qué necesitan. Ella lleva veintitrés años viviendo en Madrid donde trabaja como mediadora intercultural de salud sexual. Ahora hace sitio en su casa "para meter un colchón más". Su sobrina de 15 años está de camino. La única de su familia que ha salido de Ucrania aunque "no quería, pero tiene que hacer lo que dice su madre". Ni sus padres, ni sus hermanos, ni sus cuñadas que se quedan allí, "con sus maridos"
Sacan ropa, la ordenan por tallas, ropa de abrigo, zapatos y juguetes aunque "ahora son más importante las medicinas". Pero a pesar de todo sabe que esos juguetes serán lo primero en lo que se fijen los niños que vienen de camino. "Vendrán muchos, dice Galyna, pero con sus madres", responde así a una vecina que pregunta qué tienen que hacer para acoger en su casa a alguno de estos pequeños.