Elvira Mínguez: "Estoy cansada de que me contraten para llorar"

Madrid

Elvira Mínguez no quería ser actriz. Más bien, según ella misma dice, no sabía lo que quería. Fue la curiosidad, y en cierto modo la pasión, lo que le empujó a adentrarse en el mundo de la interpretación. En Biológicas, carrera en la que se matriculó, pero que no llegó a cursar, conoció a un chico que le gustó mucho y no le hacía caso. Hacía teatro, así que, por probar suerte, Mínguez se decidió comenzar a estudiar la disciplina. La estrategia de enamoramiento no le funcionó, pero ante sus pies se abrió un mundo. "No le gusté, pero me enganchó a la actuación", recuerda la actriz.

Las ganas de salir de su tierra, Valladolid, también jugaron un papel importante en el futuro de Mínguez. "Yo quería salir de allí", cuenta la actriz. Sus comienzos en la capital no fueron fáciles. Cuando no rodaba, Mínguez se dedicaba a fregar escaleras por la zona de Tirso de Molina. Una época difícil en la que, sin embargo, aprendió que "podía ser igual de feliz rodando que fregando escaleras".

Su primer sueldo de actriz, unas 80.000 pesetas de entonces, lo invirtió en sus amigos. Algunos atravesaban difícultades económicas, otros simplemente querían comprarse un equipo de música.

"Me he llevado muchas cosas de Clara Campoamor"

La actriz, que dio vida a Clara Campoamor en 'La mujer olvidada', confiesa haber aprendido mucho con ese papel. "Me he llevado muchas cosas de ella", ha confesado antes de reconocer el gran "desconocimiento" que existe sobre la figura de la mujer que consiguió el voto para las mujeres españolas. "Me parece que es muy necesario reivindicarlo", ha expresado Mínguez. Antes de iniciar el rodaje, testeó a sus amigos más cercanos y constató la ignorancia que existía al respecto. Tanto Mariola Cubells como Francino han reconocido conocer a Campoamor a raíz de la cinta.

"Yo creo que fue una Clara Campoamor perfecta", ha reconocido Isaías Lafuente, autor del libro en el que se inspira la película. "Para mí fue un rodaje super importante", ha replicado Mínguez.

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La mujer en la industria

Para Mínguez, "una de las peores cosas de la profesión es el encasillamiento". Una realidad que, unida a ser mujer y a la edad, condiciona el tipo de propuestas laborales. Encontrar buenos papeles pasados los cuarenta, dice la actriz, "continúa siendo difícil". No tiene reparo en admitir que le cuesta mucho reconocerse en los papeles que le llegan. "Estoy cansada de que me contraten para llorar", confiesa.

Le gustaría probar el musical en cine. El teatro, cuenta, le da "mucha pereza". El día de un estreno teatral que protagonizaba, entendió que no era su "hábitat". "El director me abrazó y le dije al oído: 'Tienes quince días para sustituirme'", ha contado Mínguez, que tiene por "héroes" a aquellos que son capaces de subirse al escenario de un teatro. A ella, que huye de hacerlo, le cuesta hasta verlo como espectadora. "Hay un punto al verlo que me incomoda", ha explicado.

"No podemos contar solo la historia de la mitad del mundo"

Los papeles de las mujeres en la industria están condicionados, al igual que lo están las historias. Así lo ha advertido Laura Mañá, directora de 'La mujer olvidada', que no ha querido perderse la cita. "No podemos contar solo la historia de la mitad del mundo", ha advertido, "tenemos que recuperar nuestra historia y abordarla desde distintas perspectivas".

Su película más reciente, 'Frederica Montseny, la dona que parla', que acaba de ganar el Premio Gaudí a mejor película para televisión, no está disponible en ninguna plataforma, ni ha sido acogida en la televisión pública. Un asunto que Mínguez no comprende. "Para mí es significativo que la película no tenga sitio en la televisión pública", ha referido.

El interés pesa y mucho. "Si Clara Campoamor hubiese sido americana habría un montón de películas y de series", ha reflejado Lafuente. Un sentir compartido por Mañá, que ha querido hacer hincapié en la forma en la que ciertas historias se coartan según los intereses: "No nos dejaron que en la película se reflejase la posibilidad de que Clara Campoamor fuese homosexual". Sus biógrafas constataron que sí existían indicios de que había mantenido una relación amorosa con una mujer alemana. Tampoco pudieron rodar en el Congreso ni en el Parlament de Cataluña. "Señores, se puede rodar el 23F, porque es una historia que merece ser contada, pero la historia de la mujer que consiguió el voto femenino no tiene lugar en el Congreso, me parece una aberración", ha lamentado Laura Mañá.

Un paso más

La actriz vallisoletana ha aprovechado su visita a La Ventana para contar que ha comenzado a mover un guion escrito por ella. Cuando encuentre a alguien que quiera producir su proyecto, planea dirigirlo e interpretarlo.

"Nunca me había atrevido ni siquiera a pensarlo", ha manifestado Mínguez. "Me han cantado muy fuerte para decirme que no podia hacerlo". Hoy, tiempo después, ha dejado esas voces atrás para dar un paso adelante.