Maika del Río ya recibe un nuevo tratamiento contra su cáncer: "Es un logro agridulce, hay muchas mujeres en mi situación"

Vitoria

A Maika del Río, una vitoriana con cáncer de mama metastásico que actualmente no tiene cura, ya no le quedaban tratamientos que probar de los disponibles en Osakidetza y los otros dos alternativos que había solicitado se los habían denegado. La argumentación que justificaba estas reiteradas negativas resultaba absolutamente contradictoria. Estaba en un callejón sin salida. Pidió ayuda a través de un vídeo en redes sociales. Era su último recurso. Su tiempo se agotaba. Su video se viralizó y ella cree que ha tenido que ser la presión social la que ha dado un vuelco a su historia, porque no encuentra ni le han dado otra explicación. La Agencia Española del Medicamento finalmente ha autorizado -de manera sorpresiva- el uso compasivo de un medicamento que le denegó por dos veces. Este jueves ha tomado la primera dosis.

Está contenta porque, aunque no sabe si esta medicina va a surtir realmente efecto, se abre para ella una nueva esperanza. No obstante, confiesa que ha sido un logro agridulce porque otras muchas mujeres que se encuentran en su misma situación no han conseguido aún una alternativa como la suya.

El camino ha sido muy largo y muy duro. El trabajo de buscar vías alternativas de tratamiento ha recaído sobre ella y su gente y su oncóloga y ha supuesto un esfuerzo tremendo en el que han tocado mil puertas de hospitales y farmacéuticas, entre otras.

En este sentido, Maika lanza una petición a Osakidetza: que estudie la creación de un servicio que sirva de enlace entre los especialistas de oncología y los pacientes, de tal manera que, llegados a casos como el suyo, sea este servicio el que se encargue de gestionar la búsqueda de nuevos medicamentos en el extranjero, en farmacéuticos o posibles ensayos clínicos donde puedan participar las personas afectadas; un servicio que gestione todo el papeleo e incluso de la asesoría legal de estos complejos procesos que suponen sumar estrés y angustia a personas en un estado muy delicado de salud física y emocional y de mayor presión a los médicos.

Asimismo, la vitoriana pide que el acceso a medicamentos de uso compasivo sea más ágil, eficaz y flexible en lo que respecta a los requisitos para su concesión. Se trata de una vía -explica- que permite probar suerte ante una situación límite como la suya, un último cartucho para ganar un tiempo muy valioso en pacientes que han agotado todas las posibilidades disponibles.

Además, en España esta vía del uso compasivo parece hacerse más necesaria porque, lamentablemente, los trámites para aprobar la financiación de medicamentos innovadores que podrían engrosar el listado de la oferta de tratamientos de las redes de salud son muy lentos, algo que no ocurre en otros países europeos.

Maika agradece muchísimo el apoyo social que ha recibido y reivindica investigación y visibilización para un cáncer, el de mama metastásico, que -asegura- es un gran olvidado.