Un día de ensayo con La Probetta, la escuela de música moderna de Aranda de Duero

Aranda de Duero

La música resuena por todo el Centro Tomás Pascual de Aranda de Duero. No es música enlatada. Surge de cinco instrumentos y una voz que llevan tiempo ensayando una reconocida canción de Coldplay. No nos atrevemos a entrar hasta que no acaben, ya que los artistas necesitan su tiempo para crear. Y cuando lo hacen, todos son sonrisas para recibirnos. Como si de una rotonda se tratara, los seis integrantes presentes interpretan Viva la Vida a nuestro alrededor, mientras el micrófono se va acercando a cada uno de los instrumentos para poder percibir auditivamente lo que aporta cada uno a esta interpretación. Esto, musicalmente, se define como un combo. Y sí, estamos con La Probetta.

Ya en el estudio, Juanan Jorde expresa que esto es "una agrupación de alumnos de distintos instrumentos que se unen para hacer canciones de música moderna, nos hemos juntado tres o cuatro veces, pero ya son capaces de esto". Habitualmente esta escuela musical nos trae a jóvenes, esta vez han sido alumnos algo más mayores. "Son alumnos que se salen del estándar por edad, no por ilusión. Pero es una demostración de que nunca es tarde para hacer lo que quieres. Hemos podido juntarles, probar a ver qué tal, y la experiencia ha sido muy satisfactoria", expresa. Celia, Noelia, Raúl... son solo algunos de los integrantes de este grupo 'improvisado'.

Todos ellos definen a esta experiencia como muy "gratificante" porque "hemos podido a conocer gente que no conocíamos y hacer música moderna es parte de nuestro día a día". Celia se define como "muy alegre", y se pasa el día cantando. Conoció a La Probetta a través de Instagram. Para Noelia "es una fórmula de escaparse en el día a día", aunque ella ya sabía tocar la guitarra, y esa toma de contacto expresa que es "muy buena" porque la música "es una forma de expresarse y de olvidarte de lo que pasa día a día, y en casa también porque me mandan deberes". Por último, Raúl expresa que la música era "esa afición que quedaba de lado y con la que en un momento dado te apetece reconectar", por eso "esta ha sido una forma de recuperar algo que siempre estaba latente".

Además de esta reconocida canción, los alumnos de La Probetta también han interpretado -con tan solo tres ensayos previos- un extracto de otra, como podréis comprobar en el audio que encabeza esta información o el vídeo que se integra en el artículo. Pero hay otros proyectos en mente y la felicidad y la pretensión sigue adelante. "Igual montamos canciones para hacer en un escenario, trabajar otras cosas, tocar otros instrumentos... Un combo es un espacio seguro y de juego, y así se disfruta más. La última vez que grabamos ya nos daba pena, queremos ensayar y seguir tocando nuevos temas", expresan. Todos ellos sienten que tocar en público no es sencillo -todos han sido partícipes del coro parroquial- porque "te obliga a ensayar más para hacerlo mejor", pero tienen claro que nunca se deja de aprender y disfrutar de la música, y eso es lo que hacen cada vez que acuden a La Probetta.