Arranca en pruebas la central de calor con biomasa Ponferrada
Somacyl arranca la caldera de calor para comprobar, a petición del ayuntamiento, el nivel de emisiones de la central ubicada junto al barrio de Compostilla. El vapor de agua que sale de la chimenea es la señal que justifica esta puesta a punto que según ha explicado a estos micrófonos el concejal de Medio Ambiente, Pedro Fernández Robles, responde a un periodo de pruebas que durará dos semanas y con el que el consistorio quiere comprobar si la composición y el nivel de emisiones se corresponde con el que figuraba en el proyecto presentado por Somacyl y que apuntaba a la reducción de emisiones de 6.000 toneladas de CO2 al año.
Sólo si es así, continuará la tramitación para conceder la licencia de actividad, de la que todavía carece esta instalación que ha costado cerca de cuatro millones de euros y cuya construcción se inició en 2018.
La instalación en Ponferrada pretende suministrar calor y agua caliente a una docena de edificios públicos pero también se pretendían incorporar el Campus del Bierzo así como las del centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), además de las comunidades de vecinos que posteriormente quisiesen adherirse a la red. Después de que la Junta de Castilla y León reiniciase el procedimiento por orden judicial para tramitar la autorización provisional y la licencia urbanística, el ayuntamiento seguirá adelante con la tramitación correspondiente en el caso de que las mediciones sean las correctas. Aun así, el concejal cree que será ya en el próximo otoño cuando la central pueda ponerse en funcionamiento definitivo. Lo que sí está claro, dice Pedro Fernández, es que la situación del mercado energético permitirá triplicar el porcentaje del ahorro previsto en un principio en la factura energética. Se pasaría por tanto de un ahorro del 15% que se preveía a una disminución del 45% en la factura.
Recordamos que la caldera instalada es de 4,5 megawatios, con vistas a colocar otras dos en un futuro que se alimentarán con restos forestales de chopo, pino y roble de la zona, unas 7.800 toneladas de biomasa al año.