Berta Zúñiga, hija de Berta Cáceres: "La defensa de los que protegen el medioambiente no es una causa particular de Honduras"

Madrid

Hace seis años dos sicarios entraron en la residencia de Berta Cáceres, defensora medioambiental hondureña y la asesinaron a tiros. Berta había hecho lo imposible para que no siguiera adelante la construcción faraónica de una presa en el río Gualcarque, a la altura de Agua Zarca. La instalación iba a afectar seriamente al suministro de agua del pueblo lenca, al que pertenecía Berta. Este grupo está situado en el oeste de Honduras. El asesinato de Berta sirvió para poner luz sobre una tragedia que todavía hoy perdura: defender el medioambiente cuesta vidas.

Para que la semilla que plantó Berta Cáceres en la opinión pública mundial, sus hijas han continuado la lucha. Desde Honduras, atiende a Hora 25 Berta Zúñiga Cáceres, hija de la activista y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) "A pesar de todo lo que evidencia el asesinato de mi madre y la política de desarrollo basada en el extractivismo y en la violencia policial y parapolicial, nada ha cambiado", asegura.

"La defensa de los que protegen el medioambiente no es una causa particular de Honduras", explica. En 2019, tres años después del asesinato, hubo siete condenas a los sicarios y distintos cargos de la empresa que -quedo demostrado- participaron de un modo u otro en la muerte de Berta Cáceres, pero no al autor intelectual, eso vino después. No fue hasta 2021 cuando condenaron al autor intelectual, el presidente ejecutivo de la empresa que ordenó su ejecución.

"Hubo una decisión al más alto nivel del Estado. El Estado incumplió la garantía del derecho a la vida de mi madre. Hay una responsabilidad del Estado que es parte de la deuda histórica que se tiene con Berta Cáceres", denuncia. Lo cierto es que ella misma reconoce que el COPINH, la organización que coordina y ella misma siguen recibiendo amenazas.