La pizarra de Lopetegui pone por delante al Sevilla
Un solitario gol de Munir provocado por una gran jugada de estrategia da la ventaja a los de Lopetegui ante el West Ham en la ida de los octavos de la Europa League
Munir El Haddadi, celebra el primer gol del equipo andaluz EFE/Julio Muñoz. / Julio Muñoz (EFE)
El Sevilla se lleva la ida de los octavos del Europa League ante el West Ham (1-0). El gol de Munir, salido de una gran jugada de estrategia, pone a los del Sánchez Pizjuán por delante de cara a la complicada vuelta en Londres.
La pizarra de Lopetegui desatasca el partido
El Sánchez Pizjuán sabía que tocaba arropar a los suyos, y así respondió. El West Ham United, equipo de menor cartel que el Sevilla pero lo suficientemente temible como para suponer un problema grande para ellos, llegaba al feudo sevillista con ganas de incomodar a sus rivales. Ahí, Declan Rice y Tomas Soucek, maestros a la hora de controlar los partidos sin balón, brillaron en la primera parte. De la primera mitad, solo una ocasión de Vlasic pudo romper el empate a cero entre el tedio provocado por el control que buscaban ambos conjuntos.
La segunda mitad comenzó con los ingleses buscando sacar rédito de lo embarrado que estaba el partido. Cerca estuvieron de conseguirlo si no fuese por el acierto de Bounou bajo palos. Lopetegui tenía que mover a su equipo en el campo, apostando por asentar al equipo mediante la posesión en el campo contrario. Tras unos minutos de teórica calma, el Sevilla ya tenía el esférico en las cercanías del área contraria. Con ello, acabaron consiguiendo una falta que era prácticamente un córner, un caramelo para un lanzador como Marcos Acuña y para una mente tan brillante para la estrategia como la de Lopetegui. Los jugadores del Sevilla, al unísono, ejecutaron un desmarque a la frontal del área pequeña, arrastrando a una defensa del West Ham que descuidó a Munir, solo en el segundo palo. A bote pronto, con sutileza, el delantero adelantó al conjunto de Nervión.
Si bien el equipo de David Moyes suponía una amenaza al contragolpe por la calidad y velocidad de sus atacantes, el Sevilla apostó por mantener su dominio en campo contrario. Pese a las intentonas de los rivales, ahora era el Sevilla a quién le interesaba que pasase poco. Y, en caso de que pasase, que fuese lejos del área de Bounou. Las ocasiones solo llegaban del lado local, dejando al West Ham con unas pocas (pero claras) para intentar buscar un empate que no acabó llegando. Así, el Sevilla consiguió una ventaja que puede ser decisiva de cara a una vuelta previsiblemente complicada en Londres.
