Belarra reúne al máximo órgano de Podemos en medio de las tensiones con Yolanda Díaz
El secretario general del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos, Txema Guijarro, afín a Díaz, decidió salir de la Ejecutiva de Podemos a mediados de febrero
Madrid
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, reúne este viernes al máximo órgano de dirección de su partido para abordar las consecuencias de la guerra de Ucrania, en un encuentro en el que reafirmará su perfil propio y mantendrá, aunque suavizada, su postura crítica frente a la respuesta del Gobierno y al envío de armas, según fuentes moradas. La cita se produce en un momento especialmente delicado para el espacio de Unidas Podemos, tras el mayor distanciamiento público hasta ahora entre la cúpula morada y Yolanda Díaz. Las diferentes “sensibilidades” que coexisten en el espacio confederal han quedado más al descubierto que nunca, antes de que la vicepresidenta arranque en primavera la construcción de su nuevo proyecto.
De hecho, esas tensiones por las diferencias de criterio y de estrategia entre la dirección de Podemos y los más cercanos a Díaz ya vienen gestándose desde hace meses, y a mediados de febrero, antes de la polémica de las armas, dejaban una dimisión en la Ejecutiva de Podemos: el dirigente y diputado Txema Guijarro comunicó entonces a la dirección del partido su decisión de salir del llamado Consejo de Coordinación Estatal, según confirman a la Cadena SER distintas fuentes moradas. Guijarro, cercano a Díaz, sigue en el Consejo Ciudadano Estatal (CCE) de Podemos que se reúne este viernes, y también se mantiene como secretario general del Grupo Parlamentario Confederal, según las fuentes consultadas, si bien ha decidido desvincularse del núcleo duro del partido morado.
Distancia entre Díaz y las ministras Belarra y Montero
Tanto el equipo de Yolanda Díaz como la dirección de Podemos se esfuerzan en decir que han zanjado la crisis por el envío de armas, pero nadie niega que se ha evidenciado como nunca hasta ahora la distancia que desde hace tiempo existe entre la vicepresidenta segunda —respaldada por los ministros Alberto Garzón (IU) y Joan Subirats (comunes)—, y las ministras Belarra e Irene Montero —su ‘número dos’ en Podemos—. Y todo ello, a apenas unas semanas de que la gallega comience a construir en primavera su nuevo proyecto político.
Esa distancia se ha reflejado en varias ocasiones en los últimos meses, casi cada vez que Podemos se ha lanzado a presionar al PSOE para tratar de arrastrarle hacia sus posiciones, y Díaz se ha mantenido al margen, en su estrategia de evitar el “ruido” en el Gobierno y negociar con el PSOE sin airear las discrepancias. Así ocurrió hace poco, por ejemplo, cuando los morados reclamaron una reforma fiscal, y Díaz señaló que los tiempos los marcaba el Ministerio de Hacienda —aun compartiendo las propuestas de Podemos—.
En esta última crisis, Díaz ha cerrado filas con Sánchez después de que el presidente anunciara que España sí iba a enviar armas de forma bilateral a Ucrania; una rectificación que generó malestar en Unidas Podemos, y que llevó a Belarra a manifestar públicamente su rechazo a esta medida minutos después, en contra del criterio marcado por la vicepresidenta de preservar la “unidad” en la coalición, y más en un asunto tan delicado.
Polémica de los partidos de la guerra
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La tensión llegó al máximo el pasado domingo por la mañana, cuando Belarra cargó en un acto contra los “partidos de la guerra” que “defienden el envío de armas”, en lo que se interpretó como una clara alusión al PSOE. Sus polémicas palabras llegaban tras cuatro días de críticas de Podemos, denunciando el “error” de Sánchez de enviar armas de forma unilateral, y no sólo a través de la UE –como se había comprometido, según denuncian fuentes moradas--.
Algunas voces dentro del grupo confederal reconocieron entonces en conversación con la SER su “preocupación” por esas duras palabras, y alertaron del “peligro” de esa estrategia para el futuro del Gobierno de coalición. Finalmente, 24 horas después del acto, Podemos aclaró en rueda de prensa que esas duras palabras no iban dirigidas al PSOE, rebajando así la tensión con sus socios y también dentro de Unidas Podemos. Esa rectificación se produjo después de una conversación entre Díaz y Belarra, en la que la vicepresidenta pidió precisamente “rebajar la tensión”, según las fuentes consultadas. Además, Sánchez habló con Díaz y con Montero, según confirmó después el presidente.
Díaz reforzará la coordinación con reuniones semanales
Asimismo, Díaz reunió el lunes por la tarde en su Ministerio a todos los ministros y secretarios de Estado de Unidas Podemos para reconducir la situación y “pasar página”. Y en ese encuentro, ella misma les trasladó su intención repetir la convocatoria cada semana, con el mismo formato, con el objetivo de reforzar la coordinación y la comunicación interna.
Tras la marcha hace casi un año de Pablo Iglesias y la designación de Díaz como nueva líder de Unidas Podemos, fuentes moradas aseguran a la SER que apenas se ha reunido la llamada ‘mesa confederal’, el foro que se creó para coordinar la acción parlamentaria y política de Unidas Podemos, y en el que están los principales dirigentes de los partidos que conforman la coalición: Podemos, Catalunya En Comú, Izquierda Unida –y el Partido Comunista-, Galicia en Común y Alianza Verde.
De ahí que el movimiento de Díaz haya tenido buena acogida en los diferentes sectores de Unidas Podemos, en un momento en el que algunos admiten echar en falta una mayor claridad de su líder a la hora de marcar las directrices políticas a seguir, según reconocen varias fuentes en privado a la SER. Entienden que la responsable de Trabajo esté volcada en su labor ministerial, pero ven con buenos ojos cualquier movimiento que suponga reforzar su implicación en Unidas Podemos.
Unidas Podemos y el futuro de Díaz
El proceso de refundación de Unidas Podemos tras la marcha de Iglesias no está siendo fácil para los morados, y las intenciones manifiestas de Díaz de impulsar un nuevo espacio político que trascienda el existente, y sin el protagonismo de los partidos, generan inquietud entre los diferentes socios de la coalición, que quieren saber qué papel jugarán en los planes de la vicepresidenta; inquietud que, en algunos casos, se transforma en “malestar”, según reconocen algunas fuentes consultadas.
Desde Podemos reprochan a la vicepresidenta su falta de concreción --lleva meses anunciando que iniciará un “proceso de escucha” pero sin dar fecha concreta, y todavía no confirma si será candidata a las generales--. Mientras, los más afines a la vicepresidenta denuncian presiones, principalmente desde la cúpula del partido morado, para tratar de marcarle el paso, y señalan directamente a Iglesias y sus “mensajes velados” a Díaz; el último, en la SER el pasado lunes, cuando aseguró que si está en el Gobierno es porque en las negociaciones con el PSOE de 2019 Podemos defendió hasta el final entrar en el Ejecutivo.