Crónica 24/7: deporte y menstruación, Fallas e igualdad y vitrificación de óvulos
El episodio 11 de este podcast de reportajes aporta tres enfoques en la semana en la que se ha celebrado otro 8M multitudinario. Hablamos de la mujer desde tres puntos de vista diferentes con los reportajes de Elena de Diego, Toñí Fernández y Santi Botella
Episodio 11 | La menstruación y el deporte; las fallas y la igualdad; la vitrificación de ovulos
Madrid
Aunque parezca un tema tabú de puertas afuera, la regla es un aspecto más a analizar y controlar en el deporte de élite porque afecta directamente al rendimiento. A la presión en la pelvis, el dolor de espalda y de cabeza, el aumento de peso o la retención de líquidos que las mujeres sufren una vez al mes, hay que añadir el insomnio, la irritabilidad, la fatiga o la dificultad para concentrarse. Y todo ello, obviamente, tiene una incidencia sobre la preparación y la competición de las deportistas. Según una encuesta del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, el 82% de sus deportistas sufre síndrome premenstrual y una de cada dos padece un dolor de barriga que altera su rutina. "Muchas veces no somos conscientes de ello pero sí que nos afecta", reconoce la waterpolista Laura Ester, campeona del mundo y subcampeona olímpica.
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La influencia de la regla en el día a día de una deportista es un factor que ahora los técnicos empiezan a tener en cuenta, aunque no siempre fue así. "La mujer se incorporó al mundo del deporte en programas de entrenamiento que estaban diseñados para hombres", apunta la doctora Vicki Pons, responsable del departamento de Fisiología y Nutrición del CAR de Sant Cugat. Y para mejorar la preparación y modificarla cuando las capacidades merman, es vital que los entrenadores sepan cómo sus deportistas conviven con la regla: "Ellos tienen que saber cómo estás y cómo te puede afectar al entrenamiento", apunta la campeona olímpica y mundial de bádminton, Carolina Marín.
El rentable negocio de la vitrificación
Es un comodín vital. Postergamos tener hijos por razones laborales o de pareja. Deberíamos embarazarnos antes de los 30, pero para muchas mujeres es más fácil ver un unicornio.
"Con 30 años la mayoría de las mujeres no es que no quieran o no puedan tener hijos. Es que ni siquiera se lo plantean. Yo lo tengo muy claro desde siempre pero la mayoría de mis amigas ni siquiera tienen respuesta a esa pregunta". Andrea vitrificó sus óvulos con 30 años, antes de la pandemia. "Sí o sí yo quiero ser mamá. Teniendo eso tan tan claro y tan presente, me planteé que esa era la manera de abrir la puerta a un futuro que quién sabe qué puede traer" - confiesa Andrea- "pero estoy muy tranquila sabiendo que están ahí congelados".
Están exactamente a 197 grados bajo cero, en el interior de un tanque junto a otros 10.000 óvulos en el interior del mayor laboratorio de Europa y uno de los mayores del mundo, el que tiene las clínicas IVI a las afueras de Madrid. Entramos completamente cubiertos, enfundidos de pies a cabeza en un material muy parecido al de las mascarillas.
La lucha por la igualdad en las Fallas
Alicia y Laura son dos jóvenes de 21 y 22 años, son novias y les gustan las Fallas. Su deseo es desfilar juntas en la Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados, Alicia quiere hacerlo con su traje de fallera, pero Laura quiere vestirse con saragüells, una modalidad catalogada por la normativa fallera como exclusivamente masculina.
Según el reglamento fallero de Junta Central Fallera, ente que rige la fiesta, Laura no puede llevar esta indumentaria porque no es acorde a su género. Aunque el traje se ajuste a los cánones marcados. Además, tanto ella como su comisión podrían enfrentarse a sanciones si decide vestir así, según el texto aprobado por todas las fallas hace ya 20 años y que aún está vigente.