Farmacéuticos de Bizkaia: “Nuestras condiciones están muy por debajo que las del resto del sector sanitario del territorio”
Sindicatos y trabajadores bizkainos se manifiestan esta tarde para denunciar unas condiciones “poco dignas” y demandar una revisión salarial y una actualización de las mismas

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Bilbao
Sindicatos y trabajadores bizkainos se manifiestan esta tarde, 17:30 horas, en Gran Vía para denunciar unas condiciones “poco dignas” y demandar una revisión salarial y una actualización de las mismas, que se mantienen “muy por debajo de lo que se observa en el resto del sector sanitario del territorio”. El portavoz de la Asociación de Farmacéuticos Regentes, Adjuntos, Sustitutos y Sin Ejercicio de Bizkaia, AFRASSE, admite que, tras más de un año de negociación la “revisión salarial miserable” es lo que menos les importa y exige una renovación de las garantías y derechos: “No tenemos un día de asuntos propios como tal, el calendario laboral en su articulado básico no se está cumpliendo en muchas farmacias, la nocturnidad se paga a 82 céntimos la hora, los domingos y festivos para nosotros son como una hora de un lunes normal y tenemos una jornada laboral de 1760 horas que supera, por mucho, a la media de los convenios sectoriales en Bizkaia”.
Blanco compara la situación de los farmacéuticos con la de otros trabajadores del sector sanitario del territorio, y alega que sus condiciones están muy por debajo de las del resto: “En el sector sociosanitario del territorio la jornada laboral es muchísimo menor. Trabajamos más de 200 horas que el resto. Existen pluses por responsabilidad, en nuestro sector no; y además, se paga por carrera profesional, en nuestro caso tenemos dos quinquenios, en los que cada cinco años nuestro sueldo aumenta un 5%, una vez que los cumples, no tienes oportunidad de prosperar o aumentar el salario en toda tu vida”.
Y recalca que todo el esfuerzo puesto durante el último año y medio no se ha visto reconocido: “Todos nos hemos dejado la piel por las farmacias y por la atención al paciente, no se puede aguantar más. La flexibilidad de la que disponen las empresas para cambiarnos los horarios y para apretarnos las tuercas es mucha, y al final el trabajador se ve muy dañado y nada favorecido, ni reconocido por todo lo que ha hecho”.




