Llegan a València un centenar de refugiados ucranianos en un avión fletado por Air Nostrum
El vuelo llegó a Cracovia con 4.000 kilos de ayuda humanitaria para las víctimas de la guerra y ha vuelto a España con 92 personas que huyen de la invasión rusa
València
Un avión fletado por Air Nostrum para traer refugiados en un viaje organizado por la fundación Juntos por la Vida ha aterrizado este sábado a mediodía en València con 92 ucranianos, la mayoría mujeres y niños vinculados a familias acogedoras que vuelven a España para escapar de la invasión rusa de Ucrania.
El vuelo salió hacia Valencia a las 7.30 horas de este sábado desde Cracovia, una vez descargados allí los 4.000 kilos de ayuda humanitaria que ha transportado el avión de la compañía valenciana, cuyo presidente, Carlos Bertomeu, ofreció la ayuda de la aerolínea para transportar refugiados y material de ayuda, sobre todo sanitario -pañales, compresas y botiquines-.
El drama humano
Una de las refugiadas, Lisa, de 21 años, ha huido de la guerra con su hija de 2 pero ha dejado en su pueblo, cercano a la capital ucraniana, Kiev, a sus hermanos, su esposo y su madre y, según ha relatado a su llegada al aeropuerto, ha sido bastante complicado llegar hasta el puesto fronterizo de Ucrania con Polonia desde su localidad, donde hay "bombardeos constantes y balazos".
Esta joven, que ha expresado en un perfecto español su agradecimiento por la ayuda que está prestando Juntos por la Vida, ha afirmado que el viaje ha sido "muy duro" pero han sido tratados "la mar de bien" por los españoles y ahora se encuentra tranquila con su familia de acogida, que siempre la ha cuidado.
"No me hubiese imaginado venir en estas circunstancias, me habría gustado volver de viaje pero tuvo que ser por la guerra", ha relatado Lisa, quien estuvo doce años con su familia de acogida en Valencia, Amparo y Toni, que han expresado su felicidad por poder ayudar a Lisa, para quien hoy cocinarán arroz al horno.
Según ha explicado Toni, desde que se produjo la invasión de Ucrania, han estado pendientes de lo que ocurre en el país: "Revuelve las tripas ver a una población amenazada de esa manera", ha comentado.
Otra de las refugiadas que ha llegado a Valencia, Alexandra y su hijo de 12 años, pidió ayuda a su familia de acogida, que la alojará en una vivienda de Benaguassil, donde ya se han preparado para la escolarización del niño, para ofrecerle clases de inglés y para que practique fútbol.
Habrá un segundo vuelo hacia Ucrania
Air Nostrum tiene previsto realizar un segundo vuelo para llevar más material humanitario y traer a Valencia más refugiados, según han confirmado fuentes de la aerolínea y el vicepresidente de la fundación valenciana Juntos por la Vida, Jesús Rodríguez, que ha recibido junto a las familias acogedoras a los ucranianos llegados en el vuelo, para el que se ha priorizado a madres con sus hijos.
Según ha avanzado, este domingo llegará a la frontera de Ucrania con Polonia, donde la fundación está presente de forma permanente para ayudar a la gente que llega huyendo de la guerra, un autobús con 56 personas, otro con 24 y un convoy de furgonetas para recoger a 30 personas, que irán llegando poco a poco a España.
El trabajo de Juntos por la Vida
Juntos por la Vida lleva 25 años trayendo niños de Ucrania y dispone de una red de familias acogedoras, si bien necesita aportaciones de los socios y donaciones voluntarias para hacer "este pequeño milagro" de flotar autobuses ya que cuestan unos 10.000 euros por vehículo. En estos traslados también ha colaborado el empresario valenciano Juanma Bauxauli sufragando el coste de dos autobuses.
Ha señalado que las familias acogedoras que ofrecen sus casas han de saber que tienen que alojar a dos personas como mínimo porque normalmente llegan madres con uno o más hijos o abuelas, y ha advertido de que hay mucha ropa amontonada a la intemperie en la frontera ucraniana y no hace falta más.
El comandante y la sobrecargo del avión de Air Nostrum, Manuel Jiménez y Esther Tejero respectivamente, han expresado la emoción de ver llegar a los refugiados, especialmente a los niños, y el "respiro" de las madres por estar "en un lugar a salvo".