España se mete en el Mundial de rugby por segunda vez en su historia
Los Leones no fallaron a su cita en El Central contra la selección de Portugal y estarán en la cita mundialista 24 años después
Con un estadio lleno hasta la bandera y un sol radiente en la capital, la Selección Española de Rugby se clasificó para el próximo Mundial al derrotar a Portugal por 33-28. España no estaba en un Mundial desde 1999, cuando participó en la IV edición del torneo, disputada en Gales. Desde entonces, el rugby nacional ha pasado por años complicados. En 2018 estuvo muy cerca pero el arbitraje rumano no favoreció a los de Santiago Santos que hoy sí han conseguido la machada.
El azar quiso que los Leones volviesen a un Mundial derrotando al mismo rival que cuando se consiguió por primera vez. Una victoria muy trabajada de España que tuvo que sufrir hasta el final. Los portugueses no le perdieron la cara al partido en el tramo definitivo y pudieron dar un susto a falta de pocos minutos. Sin embargo, a Portugal le fallaron las manos en el momento clave y no pudieron derrotar al elenco de Santiago Santos que estará en el Mundial de Francia 2023.
El partido
España, el XV del León, se clasificó para el Mundial veinticuatro años después, tras ganar a Portugal, los Lobos, por 33-28, en un partido jugado de poder a poder, sin tregua, en el que los españoles demostraron más ganas, fuerza y determinación. No fue fácil, todo lo contrario. Portugal también se jugaba el Mundial y salió dispuesta a defender su suerte. De hecho se adelantó en el marcador por medio de una transformación de golpe de castigo.
Los leones tardaron unos minutos en asentarse en el Central, pero un ensayo de Jon Zabala en el minuto 8 sentó las bases de la victoria española. Hasta cuatro ensayos consiguieron los leones en el primer tiempo, fruto de una gran defensa y un empuje colosal, haciendo derroche de ganas y fuerzas cada segundo de partido. Frederic Quercy y Marco Pinto en dos ocasiones fueron los protagonistas del posado de balón tras la línea de marca portuguesa.
Aún así los lobos no rehusaron la pelea, al contrario, Bento y Bettercourt consiguieron ensayos y Marqués transformaciones a palos que cerraron el marcador al descanso con un 24-17. Las conversiones a palos de Manu Ordás también fueron fundamentales, sobre todo en la segunda mitad, en la que el juego de trincheras de ambos equipos, hicieron que cada punto fuera fundamental para alcanzar el objetivo final.
España con un margen de seguridad en el marcador siguió peleando cada balón, manteniendo la máxima concentración. Ordás por parte española y Marqués por la portuguesa fueron los encargados de ir sumando puntos en sus respectivos marcadores con transformaciones de golpes de castigo.
Ya en los últimos minutos, con 33-23 en el marcador, España rozaba el Mundial y el último ensayo de Madeira apretó el marcador hasta el que después sería el 33-28 final. La selección española no se desconcentró, siguió luchando hasta el último segundo y consiguió el premio deseado, 24 años después jugará un Mundial.