Camuflar la Violencia de Género es indecente, frívolo y doloroso

Sevilla

En la misma semana en la que La Audiencia de Cádiz ha dictado su primera condena de prisión permanente revisable contra un hombre por asesinar a martillazos a su mujer paralítica, en Castilla y León, PP y Vox han acordado silenciar la violencia de género dispersándola en la violencia intrafamiliar. Es un movimiento grave, frívolo, doloroso. Es una enorme involución.

En España existe una Ley de Violencia de Género desde 2004 y funcionan los juzgados exclusivos de violencia sobre la mujer desde 2005, habiendo en la actualidad un total de 106. Existe un Observatorio contra la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial mientras que Policía Nacional y Guarda Civil actúan contra esta lacra desde el protocolo VioGén.

No es hasta 2003 cuando se crea una estadística específica de Violencia de Género, que cifra en 1.132 las mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas.

En el último año publicado, más de 39.000 personas han sido víctimas de violencia de género y doméstica. De ellas, más de 34.000 han sido mujeres por los más de 3.000 hombres. De las más de 34.000 mujeres víctimas, más de 29.000 han sufrido violencia de género por los 5.000 casos de violencia doméstica.

Negar esta violencia específica hacia la mujer no es decente. Camuflarla y desdibujarla como violencia intrafamiliar es una ofensa. Que un partido que se define de centro-derecha sacrifique cualquier avance en violencia de género es irresponsable.

Este movimiento del PP deja una tremenda papeleta a Moreno Bonilla a las puertas de unas elecciones; regala a Ciudadanos una última oportunidad para recuperar apoyos; y da alas a un PSOE que se equivoca si cree que puede tener opciones de volver a ganar unas elecciones en Andalucía sólo agitando el miedo a la derecha.