El fin de un experimento
Boric lo tendrá difícil por la situación económica que hereda y por la correlación de fuerzas en el parlamento. Tratará de abrir de nuevo las grandes alamedas por donde pasen las mujeres y los hombres libres, como pronosticó Salvador Allende
El fin de un experimento
Madrid
El fin de un experimento. En el año 1973, un cruento golpe militar acabó con la democracia chilena. El régimen de Pinochet consistió en una feroz dictadura política, acompañada del mayor experimento de liberalismo económico de todos los tiempos. Militares y 'Chicago Boys', escalones y corbatas de Hermes. Los popes de ese neoliberalismo, Friedman y Hayek, pasearon por las universidades de Santiago y se entrevistaron en el Palacio de La Moneda con el dictador. Sus discípulos construyeron uno de los países más desiguales del mundo. Ahora, un joven socialdemócrata, Gabriel Boric, ha ganado la presidencia de la nación y pone punto final definitivo a todo aquello. Uno de sus primeros actos ha sido nombrar ministro de Defensa a una nieta de Allende, el presidente depuesto mediante la sangre. Su objetivo central será hacer de Chile un país más justo y cohesionado, en el que sus ciudadanos tengan protección cuando vengan mal dadas y facilitar una Constitución que acabe con el recuerdo de 'pinochetismo'. Boric lo tendrá difícil por la situación económica que hereda y por la correlación de fuerzas en el parlamento. Tratará de abrir de nuevo las grandes alamedas por donde pasen las mujeres y los hombres libres, como pronosticó Salvador Allende.
Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS'...