No olvidar
La Firma de Eva Calleja
"No olvidar", la Firma de Eva Calleja
Palencia
Ayer se cumplieron dos años desde que se decretó el estado de alarma en nuestro país a causa de una pandemia que cambió nuestras vidas. Escuché en las últimas horas un comentario al respecto con el que me siento totalmente identificada: ¿nos les pasa que el tiempo y los recuerdos de estos dos años se han transformado en algo extraño, difícil de ordenar? Una especie de nebulosa que hace que todo lo ocurrido en este tiempo quede un poco distorsionado…es una sensación que me invade pero que me resultado complicado explicar.
Hoy, dos años después haciendo balance de una pandemia que, no olvidemos, aún no ha acabado, quiero recuperar ese gesto que hicimos tantas tardes desde nuestras ventanas: aplaudir a tantas personas que se comprometieron, que trabajaron durante jornadas inacabables, que asumieron todos los riesgos precisos para ocuparse de los demás…desde diferentes ámbitos pero hoy quiero poner el foco en todas las personas que trabajan en la sanidad, una sanidad pública que creo que esta pandemia nos permitió valorar en su justa medida. Pero como el ser humano tiene la memoria muy frágil…hemos olvidado pronto todo lo que era necesario mejorar en nuestra sanidad pública. No nos podemos permitir el lujo de no aprovechar este aprendizaje para no volver a cometer los mismos errores. Cuidado con eso porque eso es una prioridad, no lo olvidemos.
Nunca pude imaginar, creo que ninguno de nosotros pudo imaginar, que tras la pandemia viviríamos una guerra, esa guerra que veinte días después de comenzar sigue pareciéndome como un mal sueño, mejor dicho, como una terrible pesadilla.
Una guerra que, como la pandemia, puede sacar lo mejor o lo peor de cada persona y que espero que suponga también un aprendizaje vital.
Si vamos directamente al diccionario de la real academia de la lengua española y buscamos la definición de la palabra solidaridad dice textualmente: apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles.
Palencia ha demostrado en cientos de ocasiones que es una ciudad habitada por personas muy solidarias. Y en este caso se suceden las acciones, llevadas a cabo desde diferentes lugares, para acoger refugiados, para hacer acopio de todo lo preciso para atenderles y para enviar a la zona del conflicto.
No olvidemos que esto, me temo, va para largo y que muchas de las personas que escapan de la guerra no volverán, por diferentes motivos, a sus lugares de origen y empezarán una nueva vida en nuestro territorio.
Es momento, después de ocuparse por supuesto de lo inmediato, de trazar un plan, de convertir el desastre en oportunidades. Espero y deseo que el conflicto acabe lo más rápidamente posible y que no tenga consecuencias que no quiero ni imaginar. Espero y deseo que la solidaridad no se diluya que no nos olvidemos como nos olvidamos de los aplausos…que aprendamos que ahora más que nunca lo más cercano, nuestra gente, la que nos importa, la que amamos, es lo más importante y que es esencial disfrutar de cada momento, momentos que son efímeros y que pueden modificarse en tan solo un instante.
Aprendamos a diferenciar lo importante de lo que no lo es.
No cometemos de nuevo, los mismos errores.
Hagamos de nuestro mundo, de nuestro pequeño mundo, un espacio mejor. Eso es algo que podemos controlar y que depende solo de nosotros mismos. No lo olvidemos.