'Código emperador': el thriller político que se mete en las cloacas del Estado

Madrid

En los últimos años en España hemos asistido a un carrusel de noticias de cómo operan las llamadas cloacas del Estado. Los poderes en la sombra que destruyen material informático, que utilizan a la policía a su antojo, que espían a adversarios políticos y también disparan fuego amigo o que proponen jueces a sueldo. Hay un sinfín de ejemplos de casos y oscuras maniobras con el comisario Villarejo, por ejemplo, a la cabeza.

De todas esas noticias, sumarios y grabaciones, del interés por cómo la consagrada separación de poderes desaparece a ciertos niveles, nace ‘Código emperador’, el thriller de espionaje que dirige Jorge Coira e inaugura el Festival de Málaga. “Intentamos bucear mucho en la información que sale en los medios pero también nos pusimos en contacto con algún agente de inteligencia y gente de varios cuerpos policiales. Queríamos hacer algo sobre ese terreno que es la parte oculta del poder y las élites, pero es un asunto complicado para meterle mano”, explica el director sobre el proceso de creación junto al guionista Jorge Guerricaechevarría.

Había tantos casos que finalmente generaron un personaje ficticio que está en medio de todas esas operaciones en la sombra. Luis Tosar es ese agente de inteligencia que igual participa en una misión internacional contra el tráfico de armas que investiga por encargo a nuevos cachorros de la política. “Nos interesaban los conflictos morales y los dilemas que emergían a nivel humano y dramático desde la ficción pero partiendo de muchos elementos de la realidad, de hecho, muchas historias son reflejo de casos reales”, dice Coira y profundiza el actor. "No queríamos llegar a ser tampoco tan bizarros como algunas noticias que hemos leído en la prensa, cuando hablan de la Gürtel, de falsos curas, de destrucción de discos duros o cosas por el estilo. Es un mundo que parece ya casi de Mortadelo y Filemón, cosas que son tan bizarras que rozan lo ridículo, necesitábamos darle un poco de ‘charming’ al personaje y la película y que tuviese un encanto que nos remitiese al cine que nos ha gustado siempre y con el que crecimos, el cine de espionaje de los años 70 en el que los personajes eran menos héroes de acción y tenían más complejidades morales".

Entrevista a Jorge Coira, Alexandra Masangkay y María Botto

Esas situaciones reales llevan al protagonista a llevar una vida solitaria, huraña, entre habitaciones de videovigilancia y negociaciones extraoficiales con fuentes. Ya sea en un viaje a Budapest para localizar el rastro de un cargamento, en una operación en el puerto de Bilbao o en una visita a Panamá para amarrar bajo chantaje las intenciones de un juez. En ese mundo transversal de las élites y el dinero los favores fluyen como mecanismo de supervivencia. "Ese es el tronco de la historia, contar a lo que se puede llegar a enfrentar alguien que creía que su vocación y todos sus esfuerzos estaban volcados en salvar la seguridad nacional, y luego buena parte de su trabajo está dedicado a salvar la reputación y el estatus quo de una serie de elementos del poder que no quieren que sus expedientes tengan turbulencias. En ese trabajo de fontanería se ve este tipo inmerso hasta que llega un momento en el que se plantea qué coño está haciendo ahí. Tiene una preparación como agente para altas cosas pero no está de acuerdo con cosas que está haciendo para un fin muy difuso y que no tiene nada que ver con lo que él creía", analiza Luis Tosar de este tipo gris, un espía sin glamour ni hechuras de héroe.

La cinta abre tramas en el mundo del fútbol y las relaciones tóxicas de sus estrellas o en el seno de los propios partidos, donde se encargan dosieres o se fabrican escándalos. “No hay nada más imprevisible que un político sin muertos en el armario”, dice en un momento el gran Miguel Rellán, jefe encargado de tapar o airear los trapos sucios. Es uno de los secundarios que acompañan a Tosar en este thriller lleno de tensión y tramas. Denis Gómez es ese nuevo político, en apariencia limpio, al que hay que probar, Georgina Amorós es la mujer anzuelo que representa como en esos estamentos masculinizados el cuerpo de la mujer sigue siendo moneda de cambio y Aron Piper, el futbolista protegido. "Siempre me ha puesto un poco nervioso esta impunidad del mundo de fútbol respecto a otros deportes y con el resto del mundo. A los grandes clubes se les ha permitido durante años hacer básicamente de todo simplemente para salvaguardar el disfrute de la gente y del deporte nacional, que en este caso es el fútbol. Sí, mueve mucha gente, afición y dinero, pero coño no puede ser que sea uno de los pilares fundamentales de la sociedad", añade Tosar.

El contrapeso es María Botto, la periodista que sabe moverse en el fango para intentar destapar la verdad. “Los poderes económicos tienen muy claro qué privilegios quieren mantener, hemos vivido cambios maravillosos que han sido parados de lleno porque es muy triste y doloroso perder el poder, es muy difícil, parece ser, compartir ese poder”, analiza la actriz. "La intención de ‘Código emperador’ era romper una lanza a favor de un periodismo que todavía existe pero que cada vez lo tiene más complicado para ejecutar su labor. Es una labor de arrojo de transparencia, de investigación profunda, de encontrar el por qué de las cosas y dilucidar bien quienes son los culpables o no de las cosas que nos ocurren. Es cierto también que hay una buena parte del periodismo que ahora está asentado en la pura invención, en la propagación directamente de mentiras. Es otro mal de nuestro tiempo", remata Tosar.

Entrevista a Aron Piper, Georgina Amorós y Denis Gómez

Y en medio de todo este laberinto policial, jurídico y político también hay espacio para el amor, para la historia que agudiza las dudas del protagonista sobre los límites de su trabajo y hasta qué punto puede seguir cruzando la frontera. Alexandra Masangkay interpreta a una joven asistenta que trabaja en una casa de lujo y pasa a ser una pieza más de la investigación. “Es la representación de esas mujeres migrantes que tienen que dejar su hogar y llegan a España con una situación vulnerable, con unas condiciones de trabajo precarias que la hacen evitar el conflicto o problemas. En este caso, se ve salpicada y está metida dentro sin saber cómo ha llegado ahí”, cuenta la actriz, conocida por sus trabajos en películas como ‘El hoyo’.

Hay acción, intriga y suspense en una película de ritmo frenético que mira a la trastienda de muchas de las noticias que luego nos sorprenden en los medios. "Es cierto que entiendo que viendo esta película la sensación de indignación por parte de los ciudadanos puede llegar a ser importante. Hacemos una ficción y cuando estamos a punto de sacarla, en la realidad están ocurriendo cosas muy similares y son igual de abyectas. Al final creo que ‘Códido emperador’ es un poco manual del usuario para entender cómo se pueden llegar a ciertas situaciones que luego la gente ve como resultado. Quizás no pueden imaginar cómo ha sido el proceso y la película les arroje un poco de luz", zanja el protagonista sobre el espejo con la realidad de la película desde el entretenimiento.

Todas estas líneas convergen en la figura de Luis Tosar, punto de encuentro y salida de todos los poderes y las maniobras en la sombra que se encargan de que conserven su parte del pastel. “La película no intenta hacer un retrato de toda la sociedad, sino de una parte oscura que genera unos conflictos muy extremos. El poder no está circunscrito al mundo de la política, en las élites hay conexiones muy sorprendentes entre economía, judicatura, deportes… Es un mundo muy complejo y diverso”, concluye Coira, autor también de la serie ‘Hierro’, que compone un thriller vertiginoso y enfermizo sobre el poder, la corrupción y la cara oculta de un país donde casi siempre ganan los privilegiados.