El hombre que le birló dos ligas al PSG

Vigo

Cuando te ofrecen un trabajo siempre hay que evaluarlo. Si además te dan plenos poderes y estás a solamente 116 kilómetros de tu casa, pues todavía más. El Celta se ha movido en el mercado internacional para buscar sustituto para Felipe Miñambres. La oportunidad ha surgido en Esposende, en donde el director deportivo Luis Campos estaba esperando un proyecto a su medida y, sobre todo, que le apeteciera. Desde su salida del Lille había sonado para el nuevo rico Newcastle, para el Real Madrid o para otros clubes europeos de peso que veían en el portugués una más que interesante opción de mercado. De hecho había sido nombrado hace poco tiempo asesor del presidente del Galatasaray, Burak Elmas. Luis Campos siempre tuvo buen ojo para los fichajes. Ahora será el encargado de crear al nuevo Celta en el año de su centenario.

Desde su etapa como entrenador ya demostró en el Gil Vicente o en el Esposende que se le daba bien el apostar por jugadores que después se revalorizarían en el mercado. Yuri de Souza, delantero actual de la Ponferradina, o el centrocampista francés Petit fueron apuestas de Luis Campos cuando estos empezaban. Después de formar parte del cuerpo técnico de Mourinho en el Real Madrid como ojeador y responsable de informes, Luis Campos decidió aceptar la oportunidad de volar en solitario y aceptar la posibilidad de ser director deportivo en Francia. Y ahí nació la leyenda del portugués que se convirtió en una pesadilla para el PSG y su jeque. Seguramente todavía le sigue dando vueltas como le pudieron arrebatar dos ligas con proyectos muchísimo más humildes y menos costosos. Pero así fue. Y esos dos campeonatos llevan el sello de Luis Campos.

Mónaco

El multimillonario ruso dueño del Mónaco, Dmitri Rybolovlev, decide contratarlo y Campos no le defraudará. Empezó a fichar a jugadores baratos, algunos desconocidos, otros que no habían tenido una trayectoria llamativa y también a jóvenes. Empieza a configurar a Leo Jardim un Mónaco que acabaría siendo campeón de la Ligue 1 por delante de los petrodólares del PSG. A ese equipo llegaron James, Martial, Bernardo Silva, Lemar, Mendy o Bakayoko. También jugadores desconocidos como Glik o Sidibé que se convirtieron en piezas fundamentales. Pero además Luis Campos logró convencer a Mbappé para que renovase por el Mónaco. Seguramente fue una de sus grandes operaciones porque Mbappé fue clave también esa temporada. El Mónaco ganó la Ligue 1 y llegó a las semifinales de la Champions.

El rendimiento de esos jugadores que habían destronado al PSG no pasó inadvertido y comenzaron a llegar múltiples ofertas. Esa es la segunda parte de Luis Campos. Su capacidad de ver y ver jugadores, de comprarlos antes de que exploten, le permite afrontar fichajes con cantidades bajas de dinero y poder vender luego por mucho más. Bernardo Silva o Mendy acabaron en el City por más de 107 millones de euros. Bernardo Silva lo había fichado por 15 millones de euros del Benfica y lo vendió por 50. A Mendy le sacó 57 millones al City cuando él había pagado 12 al Marsella por el lateral. Ese también es Luis Campos.

Lille

Del Mónaco pasó al Lille en donde empezó a vertebrar un equipo que obraría el milagro, poco tiempo después, de ganarle una Ligue1 al PSG. En este club es donde, seguramente, mejor se vea el trabajo de Luís Campos porque es donde ha tenido más continuidad. En donde pudo planificar más tiempo y durante más años su idea. Y se puede comprobar el andamiaje, poco a poco, de un equipo que acabó siendo campeón. Lo hizo por los fichajes sorpresa de jóvenes que la rompieron más tarde, de jugadores desconocidos que ahora son internacionales pero también de jugadores veteranos como Yilmaz o José Fonte que fueron clave a sus treinta y tantos.

La primera temporada no fue fácil porque no se entendieron Bielsa y Campos. Las fuertes discrepancias a la hora de fichar acabaron con mucha tensión y una relación casi nula entre ambos. Campos siempre quiere imponer su criterio y Bielsa tres cuartos de lo mismo. Y eso acabó erosionando la relación y afectando al proyecto. Esa temporada, Campos ficha a Pepé del Angers por 18 millones, Thiago Maia del Santos por 14, Xeka del Braga por 5 millones, Thiago Mendes por 10 kilos del Santos o Boubakary Samaré del Paris B a coste cero. Más adelante Samaré fue traspasado a la Premier por 20 kilos, Pepé al Arsenal por 80 millones de euros o Thiago Mendes por 22 kilos al Lyon.

En el primer proyecto de Christophe Galtier, Campos apostó por jugadores con un coste reducido de traspaso pero de una grandísima proyección. Para ello tuvo que realizar un gran peinado de todos los mercados y demostró su capacidad para moverse con celeridad. Lo primero que hizo fue caja: Bissouma lo vendió al Brighton por 17 kilos, Ibrahim Amadou al Sevilla por 15, Kevin Malcuit al Nápoles por 12 o Ballo-Touré al Mónaco por 11. Pero también fue capaz de sacar cantidades interesantes por otros jugadores como Mendyl al Schalke por 6 millones, Mothiba al Estrasburgo por 4 o Sliti al Dijon por 2. Y, a partir de ahí, empezó a articular Campos la plantilla que les llevaría ese año al segundo puesto de la Ligue1. Lo máximo que pagaron ese año fueron 5 millones al PSG por Ikoné (este año lo vendieron a la Fiore por 14). Ficha de la segunda división turca a un prometedor lateral derecho Celik por 2,5 millones de euros. Celik fue titular con Turquía en la pasada Eurocopa. Se mueve rápido en el mercado y ficha a Jonathan Bamba libre del St-Étienne y, la que es su operación más espectacular: convence a Rafael Leao para que fiche por el Lille y no se vaya a la Juventus. Leao llega a coste cero del Sporting de Portugal y fue traspasado posteriormente al Milan por 30 millones de euros. Llegan a coste cero también dos veteranos que aportaron muchísimo en la defensa como el lateral derecho francés Pied y el central José Fonte.

Para la siguiente temporada 19-20, Campos ya pudo realizar una inversión más fuerte. Primero por la contención del año anterior y, en segundo lugar, por las importantes ventas realizadas. Los 80 kilos por Pepé que paga el Arsenal ya equilibraron las cuentas. Pero ahí no se quedó la cosa. Leao se va al Milan por 30 kilos, Mendes al Lyon por 22 y El Ghazi al Aston Villa por 9 millones. Las ventas le permite al Lille invertir más dinero y poder reforzarse con muchísimo talento y jugadores de gran físico para dar un salto cualitativo.

Ese año ficha a Osimhen por 22 millones del Charleroi, a Renato Sánchez del Bayern por 20, Yusuf Yazici del Trabzonspor por 18 millones, vuelve a pescar en el PSG a Weah Jr. por 10 millones, en el Rennes ficha a Benjamin André por 7, el lateral izquierdo Bradaric del Hadjuk Split por 6 y también pesca en el fútbol portugués: el portero Leo Jardim del Río Ave por 6 millones, Reinildo Mandava (ahora en el Atlético) de Os Belenenses por 3 millones o Jean Onana del Leixoes. Esa temporada el Lille queda cuarto en la Ligue 1.

La temporada siguiente fue la del foco de todo el fútbol europeo en el espectacular equipo de Galtier. Fue la del milagro cargándose al todopoderoso PSG. De nuevo lo primero que hace Campos es hacer caja para poder hacer fichajes. Y, de nuevo, le vuelve a funcionar su fórmula. Por Oshimen paga el Nápoli 70 millones de euros (+48 de superávit), por Gabriel paga el Arsenal 26 millones de euros (+23). Después tocaba moverse en el mercado y volvió a sorprender por su capacidad para fichar a jóvenes talentos. Llega Jonathan David delantero centro canadiense del Gante por 27 millones. También llega el joven Botman del Ajax B por 8 millones. También tira de agenda para fichar a veteranos que apuntalen el proyecto y llegan a coste cero el portero Karnezis del Nápoles y del decisivo Burak Yilmaz del Besiktas. Y el Lille se proclama campeón de Liga y el portugués repite hazaña. Solamente dos equipos pudieron robarle una Ligue 1 cada uno al PSG. Los dos equipos llevaban su sello. Lo hizo sin gastar más de lo que ingresó. Lo hizo con más aciertos en los fichajes que errores. Supo moverse en los mercados y buscar jugadores de los que hoy todo el mundo habla pero que, cuando él movió ficha, pocos conocían o querían. Bernardo Silva, Mendy, Pepé, Oshimen, Rafael Leao o Samaré pueden dar buena cuenta de ello. Ahora toca saber la capacidad de maniobra que tendrá en el Celta, la capacidad de decisión que pueda llegar a tener, su entendimiento con el entrenador y el equilibrio entre cantera, jóvenes promesas y jugadores necesarios para el salto cualitativo en el año del Centenario.