Apocalipsis zombi

Córdoba

El 30 de octubre de 1938 un joven y aún desconocido Orson Welles sembraba involuntariamente la histeria colectiva en Estados Unidos por una presunta invasión alienígena. Durante la hora de emisión de una convincente adaptación radiofónica de “La Guerra de los Mundos” de H.G. Wells ficción y realidad se confundieron en un imaginario colectivo que en la antesala de la que sería la II Guerra Mundial no estaba para sobresaltos. El fascinante suceso, que los periódicos del día después exageraron hasta convertirlo en mito, ha sido estudiado desde entonces en las Facultades de Periodismo como muestra del poderoso papel de los medios de comunicación.

Más de ochenta años después y en plena era digital lamento tener que decirles que seguimos siendo tan influenciables e incautos como aquellos aterrorizados oyentes norteamericanos.

Los bulos de toda la vida ahora se llaman fake news y su capacidad de propagación es exponencialmente mayor. Padecemos una bulimia informativa que nos hace devorar pseudonoticias y regurgitarlas a golpe de clic para pasar a la siguiente pantalla sin tiempo ni ganas de digerir, contrastar o reflexionar sobre lo que recibimos en la palma de la mano.

Basta un mensaje de whatsapp, una publicación en Facebook o un hashtag, todos ellos bienintencionados, para que se disparen nuestras alarmas en forma de “almohadilla catástrofe” y salgamos enajenados a la compra compulsiva de papel higiénico para empapelar la Mezquita, cocinas portátiles contra el gran apagón o aceite de girasol para montar una cadena de churrerías.

Es una pena que el genio de Orson ya no esté con nosotros. Con su creatividad podría anunciarnos vía hilo el apocalipsis zombi.

Por cierto, que no cunda el pánico, en Google tienen toda la información y hasta una guía del gobierno de Estados Unidos para sobrevivir ante tal circunstancia. No es broma.

Igual algunos zombis ya están entre nosotros.