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Anton, ucraniano que sigue en Kiev: "No quiero dejar mi ciudad, tengo aquí mi casa, mi trabajo y toda mi vida"

Anton resiste en Kiev a pesar del recrudecimiento de los bombardeos en la capital

Kiev

Más de 10 millones de ucranianos han abandonado su país huyendo del terror y dolor de la guerra, según los últimos datos de ACNUR. Otros han acompañado a su familia a la frontera y han vuelto para combatir, mientras que muchos se niegan a irse de sus ciudades y resisten en sus casas. Anton es uno de ellos. Vecino de Kiev, se niega a dejar su vida atrás, a pesar de que los bombardeos no cesan y cada vez se aproximan más al lugar en el que vive: "No quiero dejar mi ciudad, amo a mi ciudad, tengo aquí mi casa, mi trabajo y toda mi vida".

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Anton ha lamentado que su mujer se haya visto obligada a abandonar la capital junto a su familia ante el recrudecimiento de los ataques. Por ello, se ha sumado a las demandas de su presidente, Volodímir Zelenski, que lleva desde que empezó la ofensiva pidiéndole a la OTAN el cierre del espacio aéreo sobre Ucrania. Esta medida prohibiría toda actividad aérea en el cielo ucraniano, aunque desde la Alianza Atlántica y la Unión Europea ya han manifestado en varias ocasiones su negativa, porque de aplicarse se verían obligados a derribar cualquier avió ruso que entrase en dicho espacio aéreo. De hecho, ya lo apuntó el presidente ruso, Vladímir Putin: "Cerrar el espacio aéreo de Ucrania equivaldría a una declaración de guerra".

"Hay ucranianos muriendo todos los días"

Anton ha lamentado que haya ucranianos "muriendo todos los días" y que no sabe "qué ocurrirá mañana". Las tropas rusas amplían el cerco a la capital día tras día, y, según cuenta Anton, la última explosión "ha sido muy impactante". "No tengo palabras para expresarlo", ha relatado.

Hoy se cumplen 25 días desde que Rusia inició la invasión en Ucrania y el gobierno ucraniano ha asegurado que las tropas rusas han bombardeado Kiev en numerosas ocasiones. Los ataques se han intensificado también en otras ciudades como en Mariúpol, donde las fuerzas rusas han atacado una escuela de arte que acogía a unos 400 vecinos de la zona que se habían refugiado ahí.