Opinión

La primavera de Bécquer

A solo unas horas de haber entrado la primavera, hoy celebramos el Día internacional de la Poesía. Esto lleva a la escritora y periodista Mercedes de Pablos a recordar a Bécquer y sus "oscuras golondrinas..."

Sevilla

Hoy primavera. Hoy, Día Internacional de la Poesía. Y si yo digo, Salomón, volverán las oscuras golondrinas, tú, todo el equipo detrás de los cristales y todos los oyentes, salvo alguna excepción, que no queremos ser maximalistas, continuarán el poema , “de tu balcón sus nidos a colgar...”.

Es infalible: primavera, melancolías y belleza se nos vienen a la memoria un día como hoy porque, aunque el famoso poema fuera escrito en Madrid y bajo el balcón de una de la enamoradas del poeta , Bécquer es Sevilla y Sevilla es Bécquer. Voy a poner solo dos ejemplos, de carne y hueso, y vivos, permíteme la prosa casi vulgaridad, vivos y coleando.

No me imagino la Sevilla de Bécquer sin José Gestoso, ni su reivindicación por aquellos poetas del 27 ni por la recuperación de los poetas de los años setenta de la nueva sentimentalidad y de los otros. Pero tampoco puedo hoy disociar al poeta y narrador extraordinario de una mujer de hoy mismo, Pilar Alcalá, militante- sí esa palabra- de la poesía y muy especialmente de los Bécquer, de Gustavo Adolfo, sobre todo, pero también de Valeriano. Pilar lleva muchos años dando pasos, y provocando que los demás los den, para que la presencia becqueriana sea aún más visible en la ciudad, que Sevilla no olvide que uno de sus más importantes poetas revolucionó la lírica y cambió la manera no solo de escribirla sino de sentirla. Presidenta de la longeva y pertinaz asociación Noches del Baratillo, esta noche Pilar volverá a dar vida a aquel que se dolía por la soledad de quienes ya no viven (dios mío que solos se quedan los muertos) quitándole la razón, porque la poesía no muere jamás si alguien la recita, la siente, la invoca.

Y hay otro hombre, premio nacional en los primeros años ochenta, poeta de la llamada experiencia, hijo literario de Gil de Biedma y Ángel Álvarez y medio hermano de Luis García Montero. Es Javier Salvago, si usted afina la vista seguro que lo ve pasear con figura discreta, tímido, por cualquier calle de Sevilla Y digo cualquiera porque Salvago es de los que sabe encontrar la poesía desde un bloque, desde un hipermercado, desde una vieja tienda de discos que ahora se llaman vinilos. Salvago fue uno de los primeros en descolgarse como becqueriano, con esa pinta de mood o de punk, para alarma de los que se creían muy modernos y dejaban a Bécquer en los labios de las adolescentes cursis. Reivindiquemos hoy a Bécquer, y al grandísimo, gigante Luis Cernuda y a Manuel y Antonio Machado y a Aleixandre y a Julia Uceda y a Concepción Estevarena y a Fernando Ortiz y a Abelardo Linares.