Adiós a Lorente, uno de los grandes del alpinismo vasco

Vitoria

El alpinismo vasco está de luto. Pero con brazalete de palmo y medio. Ayer se nos fue Juan Ignacio Lorente quien, después de una expedición a los Andes y en compañía de Ángel Rosen ideó una expedición al Everest cuando ese tipo de proyectos eran como preparar un viaje a la luna. Los dos convencieron a Juan Celaya y todo el proceso se puso en marcha.

En 1974 tuvo lugar la primera de las expediciones. Con viaje de cargas en barco, meses para reunirse todos en el Campo Base y con un primer contacto con la cara Suroeste del Everest. Los alpinistas vascos no consiguieron la cima pero bajaron con el convencimiento de volver a intentarlo y solicitaron un permiso para regresar.

Y lo hicieron, de nuevo con Lorente de jefe de expedición, en 1980. Y a la segunda fue la vencida porque Pasang Temba y el guipuzcoano Martín Zabaleta alcanzaron la cumbre. Eran años de innovación y de grandes referentes mundiales. Primera sin oxígeno en 1978, primera en solitario en el 80 y... la gesta de un grupo de montañeros vascos.

El retorno a Euskal Herria fue apoteósico, con el lehendakari Carlos Garaikoetxea recibiéndoles como héroes. Y es lo que eran. Lorente luego se dedicó a su oficio de oftalmólogo y los años fueron pasando. Ayer falleció en la intimidad. Tenía Alzheimer y estaba ya un poco deteriorado. Se marchó con 82 años de edad.

No se ha conocido hasta hoy su paso a la otra vida. Los medios de comunicación escritos han ido recibiendo las esquelas y, en ese momento, los periodistas han empezado a indagar. Y se ha confirmado lo que sus amigos y familiares ya conocían desde ayer. Que Lorente está en el cielo, como en 1980. Descanse en paz. Goian bego.