Cándido Méndez: "Hay muy poca diferencia entre CCOO y UGT, pero hemos construido un artefacto que funciona de puta madre, que es la unidad de acción"
Aimar Bretos entrevista al exsecretario general de UGT e histórico sindicalista
Cándido Méndez
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Madrid
Un mes después de que la reforma laboral del Gobierno saliera adelante en el Congreso por un error de un diputado del PP, el principal partido de la oposición va a renovar su presidencia (y dirección) y ha estallado otra guerra en Europa. Además, el paro de una parte del transporte y de algunos sectores productivos en España, está sacudiendo los cimientos de la economía española y la acción de Gobierno. Lo cierto es que las últimas manifestaciones no han estado impulsadas por sindicatos, en lo que puede ser un cambio en las movilizaciones sociales. En este contexto hablamos con el histórico sindicalista y exsecretario general de UGT, Cándido Méndez.
Su visión de los sindicatos y su situación vital
-"Estoy bien, con las goteras propias de la edad. Estoy satisfecho con mi vida"
-"Yo dejé mi compromiso con la organización y es que cualquier cosa que necesitaran ahí iba a estar"
-"Veo el mundo laboral con muchos problemas, pero a diferencia de otras situaciones, veo más herramientas para actuar. El único que no ha naufragado ha sido el diálogo social. Ha dado buenos resultados y confío en los recursos"
-"Veo bien a los sindicatos, con todas las dificultades. El trabajo sindical no ha sido nunca sencillo y nos han querido dar matarile, metafóricamente hablando, desde hace mucho tiempo"
Las protestas laborales en 2022
-"Hay un malentendido desde los medios de comunicación con las huelgas generales. Las revoluciones empiezan en la cola del pan, ¿pero cuándo? Cuando hay expectativas de que va a haber pan. Eso lo traslado a las expectativas de crecimiento económico. Las dos últimas huelgas que se celebraron fueron porque no nos dejaron otra alternativa, afectaron a algo muy sensible como son las relaciones laborales y la otra era exigiendo un cambio de política laboral radical por la política económica de Europa"
El paro de los transportes
-"Las demandas tienen bastante razón, lo que ocurre es que se han acumulado una serie de circunstancias: la subida del precio de los combustibles, pero también creo que ahí están pesando una serie de problemas que se van arrastrando en el sector del transporte. Todo se ha amontonado. Hay otro problema que no se da en las organizaciones sindicales y es que se celebran elecciones cada cuatro años para elegir a los representantes sindicales. Lo que creo es que el Gobierno no lo tiene sencillo. Creo que esta plataforma es una escisión de otras organizaciones"
-"La solución tiene que partir de una combinación de ayudas por parte del Gobierno, pero también las grandes empresas, fabricantes, tienen que poner de su parte para darle solidez y solución estable"
-"La protesta se puede enquistar, pero la resistencia económica de quienes están protagonizando este paro, pues desgraciadamente tendrá un límite. Estamos en un momento decisivo. Las empresas deberían dar un paso adelante también para resolver el asunto. Ha llegado un momento en el que hay que empezar desde cero"
¿Cómo son las mesas de negociación?
-"Hay de todo. Hay mesas de negociación, públicas y oficiales, contactos permanentes, hay búsqueda de personas que puedan aproximar las posiciones. Es así. Lo que importa, sobre todo, son los interlocutores y que sean capaces de ponerse en tu lugar y viceversa. Una vez eso se produce se puede avanzar hacia el acuerdo. A mí eso siempre me ha funcionado"
-"Yo he negociado mucho a nivel provincial. Al final intentábamos redondear y en el último segundo se ponía encima de la mesa algo. Siempre hay esa franja en la que la experiencia permite cerrar una negociación"
-"Yo no soy noctámbulo. Si hay que abrir la negociación a las seis de la mañana, bien"
¿Qué mesas de negociación recuerda?
-"Para mí una negociación que fue muy importante fue la que hicimos en relación con la reforma laboral del primero Gobierno de Aznar. Íbamos rotando la sede de la negociación. Pasó a la historia como la negociación del ascensor. Hay otra que recuerdo, de hostelería, donde un empresario utilizó la táctica de sacar un reloj con una correa con una bandera franquista y cuando terminamos se quitó esa bandera"
¿Con qué ministro fue más complicado o más fácil negociar?
-"Con ninguno fue fácil, aunque con Zaplana fue relativamente más sencillo negociar cuando sustituyó al anterior ministro"
El conflicto Garamendi-Casado
-"Me pareció un horror. Era un error de planteamiento, pero afortunadamente Garamendi sabe cuál es su papel y cuál es su autonomía. Incluso el tipo de oposición del binomio Casado-Egea ha servido como placebo al Gobierno. Era muy fácil replicar, tanto para el presidente del Gobierno como para la vicepresidenta y ministra de Trabajo. Uno de los errores garrafales fue precisamente ese enfrentamiento con Garamendi"
¿Qué diferencia hay entre UGT y CCOO?
-"Hay muy poca diferencia. Los sedimentos culturales en las organizaciones pesan y hay que tenerlo en cuenta. La vida solo puede ser entendida mirando hacia atrás, pero vivida mirando hacia adelante. Hay factores de identidad, sobre todo ideológicos, que han ido perdiendo peso que harán que se mantengan las dos. Hay otra razón: es posible que si llegáramos a la fusión, en vez de uno, salieran tres. Podría ser que si hiciéramos uno solo, salieran dos escindidos de cada uno. Hemos construido un artefacto que funciona de puta madre. La pluralidad sindical es la norma"
¿Por qué ahora está de voluntario en una iglesia?
-"Mi amistad, mi respeto al padre Ángel. Cuando me despedí de la Secretaría General estaba él y me ofreció que fuera de voluntario a la iglesia donde reparten comida. Soy ateo y me ha costado mucho trabajo serlo. Durante mucho tiempo me refugié en el agnosticismo"