Las administraciones tienen que dar respuestas a la escasez del agua y la sociedad debe empujar para que así se haga. En el Día Mundial del Agua organizaciones ciudadanas y entidades expertas piden cuidar este elemento vital para nuestra supervivencia pensando en el futuro y no solo en presente.

Las aguas subterráneas están en el foco de atención este año y Castilla-La Mancha forma parte de los territorios más necesitados. En la SER hemos hablado con Nuria Hernández Mora, experta en gestión de recursos hídricos, planificación territorial y sostenibilidad ambiental. Reflexiona sobre la utilidad que le damos a nuestros recursos, que son escasos. "En vez de protegerlos los contaminamos y deterioramos". Cree que deberíamos cuidarlos, protegerlos y así abastecernos de ellos y no acudir fuera a buscar soluciones caras y que no son sostenibles como enganches a otros sistemas de abastecimientos, trasvases o máquinas que modifican el líquido.

EL TAJO Y LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS

El río Tajo es uno de los patrimonios más importantes de Toledo y sin embargo en las últimas décadas "no ha estado igual de cuidado que otros patrimonios de índole cultural o histórica". Nuria Hernández apoya los movimientos sociales que abogan por una actuación real sobre el río y entiende perfectamente la reivindicación que pide que la Confederación Hidrográfica del río Tajo se establezca en la capital de Castilla-La Mancha y no en Madrid.

2022 es el año en el que hay que incidir en la protección de las aguas subterráneas según la ONU y nuestra región es rica en esta red que sin embargo no cuenta con la protección adecuada. Y aunque muchas miremos al trasvase Tajo-Segura, Hernández ha recordado que en la región también existe el trasvase del Tajo al Guadiana, a través de la tubería manchega: "responde al deterioro por sobre explotación de los acuíferos y no hemos recuperado el estado químico y cuantitativo acudiendo fuera" para surtir a lugares que tienen especial necesidad.

Muy pronto la Fundación Nueva Cultura del Agua va a emitir un informe en el que analiza el consumo que hacen diferentes poblaciones de la región de un tamaño pequeño y medio para conocer la situación real y acercarla a posibles soluciones que evidentemente requieren el apoyo de las instituciones, la firmeza en luchar por sus recursos y el empuje de una sociedad que busque la recuperación y cuidado de sus recursos de una forma sostenible, ahora más que nunca.