Qué son las devastadoras bombas termobáricas que ha utilizado Rusia y cómo funcionan
Ucrania denuncia que Rusia ha utilizado este tipo de bombas durante la invasión
Madrid
Hace ya varias semanas, apenas unos días después de que Vladimir Putin anunciara una "operación militar a gran escala" en Ucrania para "desmilitarizar y desnazificar" el país, el embajador de Ucrania en los Estados Unidos, Oksana Markarova, informaba de que Rusia había desplegado por Ucrania lanzacohetes equipados con bombas termobáricas. También la ministra de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Elizabeth Truss, quien iba todavía más allá y aseguraba que el ejército ruso había recurrido a la bomba TOS-1A en sus intentos por destruir puntos clave del país.
A medida que ha ido avanzando la invasión rusa a Ucrania, y tras la ardua resistencia de las tropas de Volodímir Zelenski, las tropas rusas han sacado todo su arsenal. Principalmente contra objetivos clave como Mariúpol, donde han empleado estas devastadoras armas en varias ocasiones. Hace apenas unos días, la Milicia Popular de la autoproclamada República Popular de Donetsk publicaba un vídeo a través de su cuenta de Telegram en el que mostraba el lanzamiento de varias bombas termobáricas, también conocidas como bombas de vacío, en Ucrania. Unas bombas lanzadas desde un lanzacohetes múltiple TOS-1A de fabricación rusa, el mismo sobre el que informaba el ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido hace ya varias semanas.
Qué son las bombas termobáricas
La bomba termobárica, también conocida como bomba de vacío, es un arma que actúa en dos etapas. En la primera de ellas, la bomba detona a una altura predeterminada y distribuye un aerosol compuesto por un combustible a partir de base de carbono y partículas de metal. El objetivo de esta primera etapa es que el aerosol se mezcle con el oxígeno atmosférico y que, gracias a ello, el impacto de la segunda etapa sea mucho más potente.
Después de distribuir el aerosol por el objetivo previamente asignado, la segunda carga es la responsable de encender esa nube. A continuación, la bomba crea una potente bola de fuego seguida de una enorme onda expansiva y un vacío a medida que absorbe todo el oxígeno. Mientras que la bola de fuego es capaz de destrozar los cuerpos que se encontraban cerca de la explosión, la onda expansiva de alta presión surgida de la misma es capaz tanto de demoler edificios como de dañar diferentes órganos humanos. Tal y como explican desde diversos organismos, la bomba puede llegar a ser tan devastadora que los civiles no tienen nada que hacer contra la misma.
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De esta manera, y dado que la primera etapa del misil ha impregnado el cielo del combustible, la explosión de la segunda etapa del misil consigue un alcance mucho mayor al de los explosivos convencionales. Además, el arma es incluso capaz de destruir búnkeres o posiciones de defensa subterráneas. Según explican desde la organización en defensa de los derechos humanos Human Rights Watch, estos lanzacohetes son capaces de expulsar hasta un total de 24 cohetes de la serie MO.1.01.04 con ojivas termobáricas a una distancia de entre seis y ocho kilómetros de distancia. Por lo tanto, las tropas pueden atacar objetivos en Mariúpol sin tener que entrar en la ciudad.
A pesar de lo devastadoras que son, desde Human Right Watch denuncian que no están prohibidas. De hecho, no es la primera vez que Rusia recurre a ellas. Hace no tantos años, concretamente en septiembre de 2007, el ejército ruso arrasaba un bloque de apartamentos en un lanzamiento que tuvo un poder destructivo similar al de una bomba nuclear. Un misil al que posteriormente bautizarían como Father of all the bombs (Padre de todas las bombas). Todo ello con el objetivo de demostrar músculo frente a una Estados Unidos que hizo lo propio en 2003. A día de hoy, al menos de manera oficial, tan solo Rusia, Estados Unidos, Israel y Brasil son las únicas naciones que dominan esta tecnología. A pesar de que España llegó a investigar en los años 80 acerca de su propia bomba explosiva de aire-combustible (BEAC), incluso llegando a probarla en un desierto de Chile, a día de hoy se desconoce si España cuenta con este arma.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...