Primeros pasos para crear un Parque Nacional en el Alto Tajo y la Serranía de Cuenca

Cuenca

La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha se ha marcado como objetivo crear un nuevo Parque Nacional en la región denominado Alto Tajo y Serranía de Cuenca. Sería el decimoséptimo Parque Nacional de España, el tercero de la región tras Cabañeros y las Tablas de Daimiel y el primero del Sistema Ibérico.

El nuevo parque tendría una nueva superficie protegida que ocuparía las áreas que rodean a los cañones del Alto Tajo en los parques naturales de Alto Tajo y Serranía de Cuenca, y ocuparía entre el 40 y 50% del primero y un 2% del segundo.

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Una veintena de municipios

Son territorios de los municipios de Cuenca, Beteta, Masegosa, Laguna seca, Santa María del Val y Tragacete, en la provincia conquense, y de Riba de Saelices, Olmeda de Cobeta, Sacecorbo , Huertahernando, Ocentejo, Armallones, Zaorejas, Corduente, Fuembellida, Baños de Tajo, Peñalén, Peralejos de las Truchas, Taravilla, Poveda de la Sierra y Checa, en Guadalajara.

Desde comienzos de este año 2022 está en marcha un proceso participativo como paso previo para determinar la elaboración de una propuesta para este Parque Nacional del Alto Tajo y Serranía de Cuenca.

Una figura como el parque nacional debe crearse con el apoyo mayoritario de los habitantes del territorio. Por este motivo, la Consejería de Desarrollo Sostenible, previamente a la elaboración de la propuesta inicial, considera necesario realizar un proceso de participación pública destinado a informar sobre lo que implica la creación de un parque nacional.

Este próximo sábado 26 de marzo habrá una reunión informativa con los vecinos de Beteta a las doce del mediodía en el salón del ayuntamiento de este municipio de la Serranía Alta de Cuenca.

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Por qué un Parque Nacional

El delegado de Desarrollo Sostenible en la provincia de Cuenca, Rodrigo Molina ha justificado en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca la creación del Parque Nacional “porque es una zona que alberga valores naturales y culturales excepcionales y sobre todo por la presencia de grandes espacios en los que crece la sabina rastrera que es lo que más justifica incluir este territorio en un Parque Nacional”.

Consenso necesario

“Una figura de protección como esta tiene que nacer con el máximo consenso posible de la población”, explica Molina. “Hay un proceso largo. Ya ha habido una primera fase de consultas previas, de presentación de la junta rectora, de reuniones con los Ayuntamientos. Ahora estamos en el proceso de participación previo a la propuesta”. Esta labor corre a cargo de dos entidades como Fundación Global Nature y Fundación Micorriza. “Después hay algo así como otros siete pasos hasta su definitiva creación como Parque Nacional”, explica Molina quien considera que no estará completado en esta legislatura.

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Usos tradicionales

¿Cómo afectará a los usos y actividades tradicionales, a la explotación forestal de montes, a la caza, la pesca, la micología o a las actividades turísticas? Molina considera que “lo que más afecta es a los cotos privados de caza en los que solo se podría hacer caza selectiva en caso de que hubiera superpoblación de especies cinegéticas”. Por el contrario, dice el delgado, “un Parque Nacional potencia las actividades turísticas de manera importante”.