Política

Pacto para rehacer el consenso sobre el catalán

ERC, Junts, PSC y Comuns han registrado este mediodía en el Parlament una propuesta de modificación de la ley de política lingüística que reafirma que el catalán es la lengua "normalmente empleada como vehicular y de aprendizaje" pero por primera vez reconoce de forma explícita que el castellano también debe tener una "presencia adecuada en los currículos y los proyectos educativos de centro".

Imagen de la última reunión del 'Pacte per la llengua' con Pere Aragonès a la cabeza / Cadena SER

Barcelona

El texto dice que "para conseguir el dominio oral y escrito" al final de la enseñanza obligatoria, la administración debe garantizar "la enseñanza de las dos lenguas y en las dos lenguas oficiales". Los partidos proponen modificar el artículo 21 de la Ley de Política lingüística, que regula el uso de la lengua en la enseñanza no universitaria para adaptarla a los cambios en el "contexto jurídico, social, educativo y tecnológico" que afectan a la gestión de las lenguas en este ámbito, incorporando las novedades de la nueva ley orgánica de Educación, que hace un nuevo enfoque del currículo y también "la jurisprudencia más reciente del Tribunal Constitucional."

El nuevo redactado mantiene que el catalán es la lengua "normalmente utilizada como vehicular y de aprendizaje del sistema educativo" pero añade que "también es empleado el castellano en los términos que fijen los proyectos lingüísticos de cada centro". Para acotar las coordenadas en las que deben moverse estos proyectos autónomos de escuelas e institutos, la propuesta de ley dice que "para alcanzar el dominio oral y escrito del catalán y el castellano" al final de la ESO, los alumnos deben estudiar las dos lenguas oficiales y –y esta es una de las grandes novedades- deben aprender "en las dos lenguas".

Para determinar qué presencia deben tener un idioma y el otro, dice el texto, se tendrá en cuenta la realidad sociolingüística del centro y la evolución de los aprendizajes de los alumnos" y se contará todo el tiempo y todos los recursos que usen los alumnos en el conjunto del centro educativo, esto significa que la presencia de una lengua y otra no se podrá medir teniendo en cuenta solamente el idioma en el que habla el docente o están escritos los libros de texto.

También se contará la lengua que utilizan los alumnos cuando realizan trabajos autónomos dentro del aula, a la hora del patio -que en primaria se considera lectiva- o en cualquier otro espacio del centro educativo. Lo que no se toca es el apartado 5 de este artículo que establece que los alumnos "no deben ser separados en centros ni en grupos clase distintos por razón de su lengua habitual". Una reafirmación que no está de más porque últimamente han surgido voces en diferentes sectores que apostaban por un modelo como el vasco para garantizar que, quien quisiera, pudiera tener una educación íntegramente en catalán para sus hijos

 
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