Solo le pido a Dios

Madrid

Solo le pido a Dios. La Intendencia nos ha invadido y ha conseguido dejar en segundo plano aspectos tan graves en nuestras vidas como la pandemia de la COVID o la guerra. La fila de damnificados por la ruptura de la cadena alimentaria en forma de desabastecimiento, de especulación con los precios, y por la subida incesante del coste de la energía y los carburantes, se amplía día a día. Agricultores y ganaderos, pescadores, transportistas, asalariados en general y pensionistas, autónomos, amas de casa, empresarios.

Todos estamos esperando los planes del Gobierno para paliar este empobrecimiento súbito. Otra vez se tendrán que utilizar paladas de dinero público en ayudas directas que un día, más temprano que tarde, habrá que pagar, so pena de dejar las deudas a nuestros hijos. Tras un mes de invasión rusa de Ucrania, el umbral del dolor de los españoles ha subido, pese a los sufrimientos televisados en directo de las víctimas, los ucranianos muertos y bombardeados o los millones de desplazados. Más que nunca es preciso recordar la letra de la canción de la negra Sosa. "Solo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente".