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Siempre escoltados por una fila de viejas

La Firma de 'El Garrancho'

La Firma de 'El Garrancho' 25/03/2022

La Firma de 'El Garrancho' 25/03/2022

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Cartagena

Acaban de escuchar el testimonio de Soledad Agüera González de 84 años de edad, nacida en la bella población de Perín, en el Oeste Cartagenero, durante el segundo año de la guerra civil española. En la actualidad es muy importante prestar atención a los que tenemos cerca y vivieron aquel desastre, porque ellos conocen de primera mano sus consecuencias. Las noticias que Hoy por Hoy oímos en la radio o vemos fríamente en el televisor mientras comemos, para muchos de nuestros abuelos despiertan tristes recuerdos, que les quitan el apetito.

Década de los años 40.  Juan Sánchez Martos, (de los Puertos de Arriba), trabajando en un carro de "Los Ramones". La gente le otorgó el nombre compuesto de Juan Ramón, porque estuvo muchos años realizando tareas agrícolas para ellos.

Década de los años 40. Juan Sánchez Martos, (de los Puertos de Arriba), trabajando en un carro de "Los Ramones". La gente le otorgó el nombre compuesto de Juan Ramón, porque estuvo muchos años realizando tareas agrícolas para ellos. / El Garrancho

Década de los años 40.  Juan Sánchez Martos, (de los Puertos de Arriba), trabajando en un carro de "Los Ramones". La gente le otorgó el nombre compuesto de Juan Ramón, porque estuvo muchos años realizando tareas agrícolas para ellos.

Década de los años 40. Juan Sánchez Martos, (de los Puertos de Arriba), trabajando en un carro de "Los Ramones". La gente le otorgó el nombre compuesto de Juan Ramón, porque estuvo muchos años realizando tareas agrícolas para ellos. / El Garrancho

No había cumplido los tres años “Solica”, cuando perdió a su padre: Juan Aguera Ros, el de “Los Juanillos”, quien regresó del frente muy enfermo. Para Juan y muchos como él, algo tan básico como la penicilina, llegó demasiado tarde. Este antibiótico fue descubierto en 1928 y en nuestro país se comenzó a aplicar oficialmente el 10 de marzo de 1944, pero no llegó a ser distribuido con normalidad hasta varios años después, debido a los problemas de desabastecimiento de la posguerra, que también afectaron a los medicamentos, estando solo al alcance de los que tenían suficiente dinero o bienes, adquiriéndolos a través del conocido estraperlo.

Año 1951. Soledad y Juan en su primera fotografía como novios en la puerta del casino de Perín. Los hermanos de Sole, le hicieron romper su fotografía porque se oponían a un noviazgo siendo ella tan joven. la copia que conserva es la de su marido.

Año 1951. Soledad y Juan en su primera fotografía como novios en la puerta del casino de Perín. Los hermanos de Sole, le hicieron romper su fotografía porque se oponían a un noviazgo siendo ella tan joven. la copia que conserva es la de su marido. / El Garrancho

Año 1951. Soledad y Juan en su primera fotografía como novios en la puerta del casino de Perín. Los hermanos de Sole, le hicieron romper su fotografía porque se oponían a un noviazgo siendo ella tan joven. la copia que conserva es la de su marido.

Año 1951. Soledad y Juan en su primera fotografía como novios en la puerta del casino de Perín. Los hermanos de Sole, le hicieron romper su fotografía porque se oponían a un noviazgo siendo ella tan joven. la copia que conserva es la de su marido. / El Garrancho

Su madre: Dolores González Torres, con el apodo familiar de “Los Santos”, se quedó viuda con siete bocas que alimentar, (Soledad era la más pequeña).

Tuvo que trabajar mucho Dolores, pero siempre contó con el apoyo de su familia y de sus hijos. Trabajadores de la tierra, cosechadores de trigo, con jornales pagados a 9 pesetas el día, cuando un Kilo de pan valía eso. Gracias a las tierras de los abuelos salieron adelante. Había pésoles, granadas, habas, higos de pala, oliveras para el aceite, conejos, gallinas, cabras.

A Sole con 9 años le tocó irse a vivir con una tía soltera para acompañarla y ayudarla en sus tareas, desde entonces en esa casa todavía permanece. No tenía todavía 14 años cuando comenzó a “hablar”, con el que sería su marido en los bailes de malagueñas que se hacían en la puerta de la iglesia y en el casino de Perín. Durante su noviazgo, iban “siempre escoltados por una fila de viejas”, e incluso tuvieron que llevar “una silla por en medio”, para estar separados, lo que no impidió su primer beso, que recuerda como si fuera ayer, tal y como nos cuenta.

Año 1954. Sole y Juan de novios sentados en un banco, junto a unos amigos en un baile de Perín. Obsérvese justo detrás de ellos a la tía de Sole muy atenta y vigilando a las parejas, lo que era habitual en aquella época.

Año 1954. Sole y Juan de novios sentados en un banco, junto a unos amigos en un baile de Perín. Obsérvese justo detrás de ellos a la tía de Sole muy atenta y vigilando a las parejas, lo que era habitual en aquella época. / El Garrancho

Año 1954. Sole y Juan de novios sentados en un banco, junto a unos amigos en un baile de Perín. Obsérvese justo detrás de ellos a la tía de Sole muy atenta y vigilando a las parejas, lo que era habitual en aquella época.

Año 1954. Sole y Juan de novios sentados en un banco, junto a unos amigos en un baile de Perín. Obsérvese justo detrás de ellos a la tía de Sole muy atenta y vigilando a las parejas, lo que era habitual en aquella época. / El Garrancho

Soledad se casó a los 19 años, de negro y con mucha pena porque le faltaba su padre. 26 años tenía su marido: Juan Sánchez Martos, (de los Puertos de Arriba), conocido popularmente por Juan Ramón, nombre compuesto que la gente le otorgó porque estuvo muchos años realizando tareas agrícolas para “Los Ramones”. Posteriormente trabajó en el vivero municipal de Quitapellejos, en la Bazán y en Escombreras. Cinco hijos tuvieron, (cuatro varones y una mujer). Los tres primeros nacieron en su casa con ayuda de parteras. Los últimos en la Cruz Roja y en el hospital del Rosell, que por entonces se acababa de inaugurar.

Años 1956. Enlace matrimonial de Sole y Juan en la iglesia de Perín. Ella vestida de negro por la pérdida de su padre. Aunque era muy pequeña cuando falleció por las consecuencias de la guerra, ese dolor la ha acompañado toda la vida.

Años 1956. Enlace matrimonial de Sole y Juan en la iglesia de Perín. Ella vestida de negro por la pérdida de su padre. Aunque era muy pequeña cuando falleció por las consecuencias de la guerra, ese dolor la ha acompañado toda la vida. / El Garrancho

Años 1956. Enlace matrimonial de Sole y Juan en la iglesia de Perín. Ella vestida de negro por la pérdida de su padre. Aunque era muy pequeña cuando falleció por las consecuencias de la guerra, ese dolor la ha acompañado toda la vida.

Años 1956. Enlace matrimonial de Sole y Juan en la iglesia de Perín. Ella vestida de negro por la pérdida de su padre. Aunque era muy pequeña cuando falleció por las consecuencias de la guerra, ese dolor la ha acompañado toda la vida. / El Garrancho

A finales de la década de los 60, Juan recibió la propuesta de refinería para trasladarlo fuera de Cartagena, pero renunció al trabajo para no alejarse de su familia y decidió montar una “taberna”, a la que llamaría bar La Parada, ya que allí era donde se detenían los escasos autobuses que conectaban los pueblos del oeste con la ciudad. A las 8 de la mañana paraba el que venía de Isla Plana y pasaba por La Torre, con regreso a las 5 de la tarde. “Cuando bajabas a Cartagena al médico con todos los chiquillos a cuestas, tenías que llevarte bocadillos para comer allí”.

Año 1980.  Soledad y Juan en el bar La Parada de Perín.

Año 1980. Soledad y Juan en el bar La Parada de Perín. / El Garrancho

Año 1980.  Soledad y Juan en el bar La Parada de Perín.

Año 1980. Soledad y Juan en el bar La Parada de Perín. / El Garrancho

El bar lo regentaba Juan, contando siempre con el apoyo de su mujer y sus hijos. Sole preparaba comidas y tapas. No faltaba estofado, cocido casero y arroz con conejo criado en su propia casa, sacrificado y preparado en el momento. El bar la Parada o de “Juan Ramón” marcó una época y fue un lugar de encuentro de vecinos de Perín y muchos pueblos colindantes. Estuvo abierto hasta 1999, cuando los hijos se dedicaron a sus propias ocupaciones y las piernas de Soledad y el corazón de Juan comenzaron a resentirse, lo que finalmente provocó su fallecimiento a los 71 años.

A pesar de los duros momentos de su vida, Soledad es a sus 84 años una mujer sonriente, vital y luchadora que siempre cuida de los suyos, como hiciera su madre con ella y sus seis hermanos.

Año 2021. La Señora Soledad en la casa de Perín donde reside, herencia de la tía a la que acompañó y cuidó desde que tenía 9 años.

Año 2021. La Señora Soledad en la casa de Perín donde reside, herencia de la tía a la que acompañó y cuidó desde que tenía 9 años. / El Garrancho

Año 2021. La Señora Soledad en la casa de Perín donde reside, herencia de la tía a la que acompañó y cuidó desde que tenía 9 años.

Año 2021. La Señora Soledad en la casa de Perín donde reside, herencia de la tía a la que acompañó y cuidó desde que tenía 9 años. / El Garrancho

Para Soledad, la palabra madre tiene un especial valor y significado y no comparte muchas actitudes que observa en las generaciones actuales, que viven en este supuesto estado del bienestar, ignorando de donde venimos, así como el trato que algunos les dispensan a sus mayores llegadas la vejez, lo que nos transmite con un mensaje contundente, junto a una bella copla cantada en su juventud, que les dejo escuchar como cierre de esta firma.

Que pasen un buen fin de semana radioescuchas de la SER de Cartagena

El Garrancho

Nazaret Navarro

Nazaret Navarro

Periodista y presentadora en Radio y Televisión de la Región de Murcia. Actualmente, conductora de 'Hoy...

 

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