Max Verstappen le suelta a Leclerc un zarpazo de campeón
El piloto de Red Bull se lleva la victoria en el GP de Arabia Saudí por delante de Leclerc y Carlos Sainz
Cuando el campeón descubre el sabor de la victoria, se convierte en un animal insaciable. Antes de inundarse en la gloria el animal ya sentía el hambre de un león, pero tras probarla es incapaz de saciarse. Max Verstappen recuperó el primer puesto en un desenlace de carrera vibrante frente a su nuevo y talentoso adversario. Charles Leclerc volvió a exigirle inteligencia, destreza y una tensión de hierro para superarle. Pero a diferencia de Baréin, esta vez fue el campeón quien jugó con él. Carlos Sainz volvió a quedar lejos de su batalla y Fernando Alonso, que se enfrentó contra todo el que se interpuso en su camino, vio como su contundencia caía en saco roto fruto de la problemática fiabilidad de su motor.
Alpine desata el fuego amigo
Las emociones no se desataron en la salida, con el único sobresalto del adelantamiento de Verstappen a Sainz. Las exaltaciones llegaron después con los dos Alpine protagonizando una guerra sin trasfondo ni causa más que la de un piloto que quiere desprenderse de la sombra de su homónimo. Alonso cazó a Ocon, pero el francés se rebeló contra la lógica cerrándole todas las puertas que pudo, obligándole a luchar como si no compartieran equipo ni objetivo. Fernando le rebasó por el interior de la curva 1, crispando aún más a un Ocon que había elegido Yeda como el escenario de su confirmación. Alpine asistía ojiplático, sin articular palabra ni orden hasta pasadas las diez vueltas, cuando Russell se había escapado a nueve segundos y medio. Desde el box se amainó a Ocon, pero la quinta posición ya era una quimera.
Ferrari jugó con Pérez y la suerte quiso mirar de espaldas al mexicano. Una vuelta después de entrar en boxes, Latifi estrellaba su Williams provocando una bandera roja que suscitó el baile de pit-stops. Checo cayó a la cuarta plaza, sin capacidad alguna de defender el liderato que había conservado desde la salida. El Safety Car le brindó a Leclerc la primera posición que más tarde cedería ante el hambre de Verstappen.
Verstappen-Leclerc, segundo asalto
Por detrás, Alonso, alejado de la oposición de Ocon, aguantó las embestidas de Bottas con DRS mientras se acercaba a Magnussen. El asturiano ganó cada pulso al finlandés y al danés hasta que el Alpine le dejó tirado cuando se predisponía a buscar la sexta posición. En la vuelta 36, el motor quedó atrapado en cuarta velocidad firmando una sentencia cruel a su carrera. Su caída coincidió con el abandono de Ricciardo y Bottas, otras dos víctimas de la fiabilidad. Sus desplomes dieron alas a Ocon, que después de caer desterrado hasta la décima posición aprovechó la oportunidad para ascender hasta la sexta plaza. Sudó en un tú a tú final con Lando Norris, otro inesperado postor por los puntos. Detrás, Lewis Hamilton subió hasta una sexta posición de la que se despediría en el Virtual Safety Car. Fin de semana para olvidar del heptacampeón, que se marcha con un sólo punto bajo el brazo del trazado de Yeda.
El Virtual Safety Car se conjuró con el ritmo de Verstappen para llegar al desenlace de la carrera como escenario del segundo asalto entre el campeón y Leclerc. Neerlandés y monegasco volvieron a jugar el uno con el otro, con el DRS como arma de doble filo, pero el vigente rey se negaba a volver a conceder una victoria a su nuevo contendiente. Max se lo preparó hasta la recta principal, cuando pegó el zarpazo definitivo que lo volvió a subir al primer escalón del podio.
Juan Antonio Requena
Estudiante de periodismo. Antes en Diario AS....