Qué es el pacto de rentas que prepara el gobierno y por qué no es comparable a los Pactos de la Moncloa
El ejecutivo pide a patronal y sindicatos que acerquen posiciones para combatir la inflación actual, en niveles solo equiparables a los de hace tres décadas
Qué es el pacto de rentas que prepara el gobierno y porqué no es comparable a los Pactos de la Moncloa
Madrid
La crisis energética y de suministro derivada de la guerra de Ucrania y la delicadísima situación previa por la crisis del COVID ha provocado que la inflación fuera del 7'6% en el mes de febrero, algo que no veíamos desde diciembre de 1986. Ante esta situación, el gobierno ha pedido a los agentes sociales que se pongan de acuerdo para establecer un Plan Nacional que incluya un gran pacto de rentas en el que tendrán que estar de acuerdo patronal y sindicatos. "Me gustaría invitar a los agentes sociales a lograr un pacto de rentas. Un gran acuerdo de país que proporcione estabilidad y confianza, tanto desde la perspectiva de los costes salariales como desde la moderación de los márgenes y beneficios de las empresas" dijo Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados el pasado 2 de marzo. Una medida que también considera oportuna Santiago Lago, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo: "Sin ninguna duda en estos momentos en España necesitamos un pacto de rentas a dos o tres años vista, protagonizado por sindicatos y organizaciones empresariales, que genere certidumbre y que nos permita pensar en la recuperación de poder adquisitivo que estamos perdiendo en estos momentos en un horizonte que vaya más allá del año 2022".
¿Pero cuál es la forma de frenar la subida de precios? Lago cree que hay que tomar como referencia la inflación media anual y establecer unos pactos de subida de sueldos a partir del año que viene, cuando se espera que los precios se relajen, porque igualarlos ahora mismo sería una temeridad: "Pactar ahora subidas salariales cercanas a la inflación sería cebar la bomba, entrar en una espiral inflacionista que no nos convendría. Hay que soportar este año el shock, y compensarlo en la coyuntura del año que viene y el siguiente, en los que seguramente sea más fácil recuperar poder adquisitivo".
Esa espiral inflacionista es la que quiere evitar el gobierno: suben las materias primas, lo que provoca que los productos también sean más caros. Si el gobierno decide en ese momento subir los salarios, la mano de obra le es más cara a las empresas, por lo que vuelven a aumentar los costes de producción, y de nuevo hace eso que suban otra vez los precios de lo que compramos. Una situación que ya se vivió en España en los años 70: la crisis del petróleo disparó la inflación a más del 26%. Con esos niveles ya a mediados del año 1977, comenzaron a cocerse los Pactos de la Moncloa, que finalmente se materializarían en octubre. Adolfo Suárez firmó un documento con el resto de partidos políticos en el que se establecieron los cimientos políticos, económicos y sociales sobre los que luego se sustentó la Constitución del 78. Y aunque lo que pide ahora el gobierno también sea un gran acuerdo de país, para Santiago Lago no es equiparable porque la dimensión es menor y porque este acuerdo es mucho más específico: "Es exagerado comparar este pacto de rentas con los Pactos de la Moncloa, porque estos últimos fueron muchísimo más allá de una negociación salarial. Se incorporó todo lo que fue la reforma fiscal posterior, se habló de sectores, de derechos....[...] ahora lo que necesitamos es otra cosa, obviamente tenemos retos y dificultades por delante, pero muy diferentes a los que había a finales de los años 70 en España."
El reto en este momento se trata de repartir la factura de guerra, de la energía, de las materias primas y de la crisis sanitaria, con el compromiso de los trabajadores para que las subidas de sueldo se produzcan a medio plazo, y con el compromiso de los empresarios midan el reparto de dividendos y compartan sus beneficios. Un contexto en el que serán clave los mecanismos de control para evitar que estos últimos puedan hacer la picaresca en sus balances. "Si hay competencia en el sector, se puede garantizar que si una empresa no decide bajar precios, la otra empresa que sí lo hace les va a robar la demanda. Entonces si hay competencia, este riesgo [el de que maquillen sus cuentas] es menor. Tenemos que ser conscientes de la importancia de que haya competencia, de que las empresas compitan, y los organismos reguladores son clave en una situación como esta" ha dicho Jose Ignacio Conde Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, en Hora 25 de los Negocios. Se espera que el acuerdo de incrementos salariales llegue antes de la aprobación del Plan Nacional que prepara el gobierno.