Es hora de cuidar a las que cuidan
La firma de María José Aguilar Idáñez Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha
Firma de opinión | Es hora de cuidar a las que cuidan
Ayer, diversos colectivos de empleadas del hogar y de cuidados realizaron sentadas en varias ciudades españolas por el derecho al paro y la ratificación del Convenio 189 de la OIT (la Organización Internacional del Trabajo).
Justo hace un mes comenté en este espacio la sentencia europea sobre la discriminación de las trabajadoras del hogar en España, que es el único sector sin derecho a paro en nuestro país. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea determinó entonces que las normas españolas que afectan a las empleadas del hogar son discriminatorias, por lo que deben modificarse sin demora.
A los pocos días de conocerse dicha sentencia, el gobierno anunció que modificaría esta norma, que condena a la discriminación a más de medio millón de mujeres. Algo que debería haber hecho hace tiempo, ya que la plena integración de las trabajadoras domésticas y del hogar en el Régimen General de la Seguridad Social es una de las primeras medidas que aparecen en el Acuerdo de coalición del gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
En el mes transcurrido, varios tribunales españoles han empezado a aplicar la sentencia europea reconociendo el derecho al paro a tres trabajadoras del hogar. Dos se refieren al derecho al desempleo y una a la cobertura del Fogasa (el Fondo de Garantía Salarial para casos de despido). Porque las trabajadoras del hogar no solo están discriminadas por no tener derecho a la prestación por desempleo, también están totalmente desprotegidas y discriminadas en caso de despido, con respecto al resto de trabajadores.
El magistrado Marcos Amboage de Vigo, que elevó el caso al tribunal europeo, concluye ahora en su sentencia la existencia de discriminación indirecta por razón de género rechazando el argumento de la Seguridad Social. El juez destaca además los “efectos colaterales” de negar el paro a estas empleadas, ya que no pueden acceder a otros subsidios asociados, como el destinado a las personas desempleadas mayores de 52 años.
Dice literalmente el juez en su sentencia que “el desamparo social generado por la carencia de la acción protectora trasciende a la simple imposibilidad de percibir la prestación por desempleo y proyecta sus efectos económicos desfavorables sobre la trabajadora ahondando en la desigualdad de trato respecto de otros trabajadores”.
El magistrado urge al Gobierno a regular esta cuestión: a “remover sin demora los obstáculos que impidan o dificulten ese derecho”. En caso de no hacerlo de manera voluntaria puede dar lugar a una “ejecución forzosa”, recoge la sentencia.
Pasado mañana, 30 de marzo, es el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, y el gobierno sigue sin firmar ni ratificar el Convenio 189 de la OIT sobre las trabajadoras domésticas. El gobierno sigue sin cumplir su propio programa. Algo a lo que ahora está obligado por los tribunales.
Pero aparte de anuncios y declaraciones, ninguna actuación.
Por eso debemos apoyar las reivindicaciones y luchas de las mujeres empleadas de hogar, que ayer volvieron a sacar los colores al gobierno, y que también nos interpelan con su lucha, porque como nos recordaban ayer: “es hora de cuidar a las que cuidan”.