Las claves para un futuro prometedor

He dejado, a conciencia, pasar los días después del extraordinario acuerdo alcanzado por el Xerez Club Deportivo con los acreedores ordinarios y subordinados para reducir la deuda a solo dos millones de euros, a pagar en diez años y con un plazo de carencia de cinco, para madurarlo antes de exponer las claves de ese futuro que se puede y debe mostrar prometedor.

El trabajo realizado por el despacho CeperoiSalido ha sido excepcional, así como el llevado a cabo por los que rigen los destinos de la entidad, con Titín Gil Zarzana al frente, con el apoyo de Gesta Sport y ha demostrado que, en su momento, las cosas se podían haber hecho de otra manera, porque era posible, y ahora, a lo mejor, o a lo peor, la situación que se dibuja en el fútbol jerezano sería bien distinta.

Pero eso es agua pasada y el pasado, pasado es y ya no se puede cambiar.

Las cosas son como son y no como pudieron ser, por lo que cada uno tiene su camino marcado, tiene sus horizontes concretados y un futuro por escribir y el Xerez Club Deportivo tiene que rellenar los folios que están en blanco asumiendo que no puede, más bien no debe, gastar más que lo que ingresa, y que la partida de ingresos se tiene que consolidar al alza forzosamente porque el éxito institucional de todo lo que se está haciendo va a depender en gran medida del deportivo. Llevar al club, en cinco años en los que no hay que pagar tras la modificación del convenio, a la Liga de Fútbol Profesional es prioritario porque en estas categorías actuales afrontar esos pagos conveniados se antoja muy difícil o casi imposible. De ahí esa necesidad de equilibrar presupuestos haciendo equipos competitivos a través del cual buscar que la pelota entre para poder ir escalando peldaños.

Mientras el balón dirá la dirección a tomar, en los despachos la labor no parará y para mayo se prepara una junta general de accionistas donde se debe elegir, ya existe, un consejo de administración en el que deben entrar personas a ayudar a las que ya están. Un consejo que, de la mano del bufete de abogados, debe alcanzar también acuerdos con Hacienda y Seguridad Social y, obviamente, con el Ayuntamiento a fin de que el equipo xerecista no tenga que pagar hasta por decir buenos días y se quite un peso trascendental de tesorería, ya que se liberaría de pasar por caja por entrenar, aunque sea en un campo de fútbol base, y por jugar, aunque lo haga en las instalaciones de un Campo Pedro Garrido que ya tiene un proyecto de reforma, pero que, de momento, ofrece un estado calamitoso. Se seguirán dando pasos para conseguir la estabilidad que se precisa para un futuro donde las maniobras del club no estén atadas como lo están ahora ni tenga abortadas las opciones de recibir dineros aunque de momento solo sean vía Federación.

Igualmente, y aunque no esté como prioridad, pienso que es de capital importancia dotar nuevamente de actividad a la Fundación, algo que se puede hacer perfectamente, al menos así lo entiendo, una vez constituido el nuevo consejo de administración. La Fundación debe ser una herramienta eficaz para la llegada de unos ingresos que, de otra manera, no podrían llegar.,

Todo ello sin descartar que al calor de esta nueva llama de esperanza que se ha encendido en el xerecismo, en el equipo que nació en 1947 y que ha paseado el nombre de Jerez por los principales y más importantes campos de España, pueda surgir algún grupo interesado en hacerse con las riendas, aunque para ello habrá que tenerse especial cuidado de que si llega alguien sea por derecho y sabiendo que viene a servir y a no servirse y, sobre todo, que tenga sentimientos jerezanos y xerecistas porque de otra manera mejor que quien sea se quede en su casa. Quien no se va a quedar en su casa el domingo es la afición que se citará mayoritariamente en Conil porque pueden conseguirse tres puntos decisivos para meter la cabeza en la promoción donde el equipo dará el doscientos por ciento, ya que ahí se jugaría mucho no solo el club sino los propios jugadores que atisbarían la opción de jugar en categoría superior. Pero todo a su debido tiempo, paso a paso. Pasos que el Xerez en los despachos y en el campo debe dar con seguridad y con la ilusión de que tiempos mejores han de llegar.