Clases de español online desde Kiev en plena guerra en Ucrania
"Tenemos alumnas que han tenido que huir a España", explican Oleksandr y Yulia, que sigue trabajando como profesores de español a distancia
Clases de español online desde Kiev en plena guerra en Ucrania
Enviado espacial a Kiev
Oleksandr y Yulia son una pareja de ucranianos de Kiev, profesores de español, que resisten a la invasión de Ucrania a su manera. No han dejado de trabajar, y aunque ya no pueden ir a la universidad de Kiev a dar clase a sus alumnos, lo hacen a través de videoconferencias. Lo aprendieron a hacer en la pandemia y ahora vuelven a usar la tecnología para, por ejemplo, llegar hasta 3 alumnos que tienen en España. Ambos creen que la guerra será larga, y Oleksandr aboga por defender sus derechos, para luego "reconquistar" sus territorios. Yulia explica que tres de sus alumnas de español están refugiadas en España y una cuarta, en Italia: "En España dos chicas están en Málaga y otra en Madrid".
Oleksandr Shliakhtenko (64 años) y Yulia Pidiprigora (46 años) tienen dos hijos de 18 y 16 años que siguen en Ucrania. Por las mañanas no suelen tener clase. Él está jubilado, pero mantiene las clases particulares a distancia mientras el conflicto continúa.
"Tenemos alumnas que han tenido que huir a España"
"Puedo trabajar a distancia sin problema, pero, evidentemente, dependo de la disponibilidad de los alumnos. Cada uno está en un lugar distinto, incluso en aldeas y ahora no los podemos localizar. Algunos están sin electricidad", explica Oleksandr. "Nuestro derecho es defendernos primero y después volver a conquistar nuestros territorios", continúa.
Yulia encuentra similitudes con la pandemia al modo de vida actual, pero con evidentes complicaciones por la guerra. "En la época de pandemia todo el mundo se sentía a salvo y seguro. Ahora el problema es muy distinto. La mayor parte de nuestros alumnos están distribuidos por distintas zonas de Ucrania, otros salieron al extranjero y sus circunstancias son muy distintas. De hecho, no todos tienen acceso constante a Internet para poder conectarse. Ahora tengo tres alumnas de 3º de grado que están refugiadas en España. Ellas se sienten más a salvo y sí pueden conectarse y participar en las vídeoconferencias en la plataforma de zoom. Están contentas porque ahora están en España. Como dicen ellas, es su sueño, porque están en el país del idioma que están aprendiendo. Evidentemente, todas dicen que sería mejor cumplir este sueño en otras circunstancias", cuenta.
"Pasé la primera noche en el metro con nuestros hijos y amigos, pero enfermé y me dije que necesitaba mantenerme sana para poder seguir con mi vida de la manera que pueda, pero ya no bajamos al refugio", explica a la SER.