El bofetón

Palencia

Hay bofetones que son más que bofetones. Si, por ejemplo, hiciéramos un concurso de popularidad entre las numerosas bofetadas que nutren la historia del cine probablemente la ganadora sería la que propina Glen Ford a Rita Hayworth en la película Gilda. ¿Lo recuerdan?. Imposible de olvidar.

Pues bien otro bofetón se ha colado en la historia y también relacionado de alguna forma con el cine porque se produjo, ya lo saben, en plena gala de los Oscars cuando Will Smith le propinó una sonora bofetada al presentador tras escuchar un comentario, ciertamente desafortunado, en relación con la alopecia de su mujer.

Y el bofetón me lleva a varias reflexiones.

Nada, repito, nada, justifica la reacción violenta de Will Smith. Tenía muchas otras alternativas: desde abandonar la sala hasta utilizar el micro para poner de manifiesto el dolor que podía causar un comentario, como el escuchado, en su mujer y su familia. La palabra si, la agresión nunca. No olvidemos eso.

Otra reflexión sería sobre el humor. ¿Es lícito hacer chistes sobre cualquier cosa?. No seré yo, periodista de profesión, quién ponga en duda la libertad de expresión pero hace mucho que tengo claro que cuando un chiste, cuando el humor, hace sufrir a alguien…a mi, que me gusta reírme de todo, deja de hacerme gracia.

Pero repito, nada, absolutamente nada, justifica la reacción que se produjo y que no podemos dar por buena bajo ningún concepto. Y leo con preocupación mil y una justificaciones en las redes sociales.

Y otra reflexión más. El comentario que el actor hizo al recoger su galardón: entre otras cosas dijo una frase que me tiene completamente horrorizada “el amor te hace cometer locuras”, una justificación de la violencia machista intolerable y además enormemente peligrosa sobre todo si tenemos en cuenta que fue pronunciada por alguien que goza de una enorme popularidad y que sus seguidores pueden dar por buena.

Horas después el actor ha pedido perdón. Tarde, un poquito tarde.

Y entre tanto el cine pasa a un segundo plano pero les recomiendo que vean el cortometraje de animación del español Alberto Mielgo, El Limpiaparabrisas, que se ha llevado el premio como mejor corto de animación. Una interesante reflexión sobre el amor.

Y hoy, no quiero ni puedo olvidar que hemos superado una nueva fase en relación con la pandemia del covid. Ya no habrá cuarentenas para los positivos que no presenten síntomas o cuando estos sean leves y podrán hacer su vida normal.

Es un paso más hacia la tan deseada normalidad. Es un paso más para recuperar nuestra vida tal como era antes de la pandemia. Un paso que todas y todos estábamos deseando hace tiempo pero no olvidemos que el virus aún no se ha ido y que es momento de ser más responsables que nunca, de seguir cuidándonos y, sobre todo, de seguir cuidando a los demás, esencialmente a las personas más vulnerables. Y sabemos cómo hacerlo, tenemos un largo entrenamiento desde ese mes de marzo que olvidaremos difícilmente. Ante la mínima duda o sospecha de contagio mascarilla en todo momento. No es tan difícil.

De alguna forma la pelota está en nuestro tejado. Sepamos estar a la altura.

Shanghai ha confinado en las últimas horas a 25 millones de habitantes y eso me trae a la cabeza un refrán: cuando veas las barbas de tu vecino quemar….