Hora de arrimar todos el hombro

El plan del Gobierno para aliviar los efectos económicos de la guerra en Ucrania llega en tiempo y hora. El presidente del Gobierno se escudó siempre en la fecha del 29 de marzo para dar a conocer su contenido, este era su argumento cuando se defendía ante las acusaciones de tardanza a la hora de adoptar medidas, cuando le acusaban de arrastrar los pies. Hoy es 29 de marzo y hoy el plan del Gobierno va al Consejo de Ministros. Un plan que el propio Sánchez nos contó ayer y que por lo que sabemos hasta ahora, pretende ser un alivio para los bolsillos de todos los sectores afectados, para transportistas, pero también para todos los conductores, para los empresarios, para los autónomos, para los ciudadanos y para los más vulnerables. Un plan de choque que recuerda, en parte, a ese paraguas social que permitió que la pandemia no se llevará por delante a tantísimas economías domésticas.

Al plan le falta letra pequeña, que se supone que se irá conociendo, lo de ayer de Sánchez fue solo un esbozo en una intervención pública. Es la concreción que le piden el resto de fuerzas políticas, sus socios parlamentarios y la oposición que ayer se quejaban de no saber apenas nada, de saber solo lo que estábamos contando los medios de comunicación. Para el imprescindible acuerdo, que requiere una situación como esta, es tan necesaria la voluntad y la implicación de socios y oposición como la generosidad del Gobierno en la negociación, compartiendo y contando con el resto de fuerzas parlamentarias desde el principio.

Esta vez parece que el principal partido de la oposición está por la negociación, aunque el punto de partida sea distinto. Insiste el PP en que lo que conoce del plan es insuficiente y sigue apostando por la bajada de impuestos, pero, de momento, no es el 'no a todo' al que nos tenía acostumbrados. Y el esfuerzo que se reclama a todo el arco parlamentario incluye también a los socios de Gobierno, por ahí empieza la labor del Ejecutivo, que hoy tiene cita en el Consejo de Ministros.

A estas alturas, ante una nueva crisis que surge sin haber podido cerrar convenientemente la anterior, sería muy difícil de entender actitudes irresponsables que pusieran en peligro las soluciones para los ciudadanos. Es hora de que todos arrimen el hombro para salir de esta.