Inmaculada: "Me ducho con agua caliente dos veces a la semana pensando en la factura de la luz"
Actualmente, acumula tres meses de impago del alquiler
Conocemos el caso de dos personas que renuncian a satisfacer las necesidades básicas de suministros de energía. Renuncian a la calefacción, al agua caliente. Son dos casos que reflejan la realidad de muchas personas en nuestras islas.
A Inma una lesión de cadera la apartó del mercado laboral en 2018. Desde entonces cobra un subsidio por incapacidad de 600 euros mensuales y hace frente a un alquiler de 700 euros y una factura de la luz que ronda los 140 euros mensuales.
Llegó de guinea Ecuatorial hace más 20 años, aquí ha sacado adelante a dos hijos que están sin empleo desde que comenzó la pandemia. Actualmente, acumula tres meses de impago del alquiler.
Se pregunta como puede llegarle una factura de la luz de entre 140 y 170 euros mensuales si únicamente utiliza la nevera, la lavadora y la televisión.
Recibe ayuda de Cruz para hacer frente a los pagos de la luz y alimentos, pero dice de forma intermitente. El de Inma es un grito desesperado que no ve salida posible.
La pobreza en nuestra comunidad tiene nombre de mujer. Martha se quedó sin empleo en 2019, desde entonces acumula trabajos precarios y sumergidos. Actualmente, vive con su hermana que tiene unos ingresos que no superan los 500 euros. Solo de alquiler pagan 800 euros mensuales.




