La Semana de Música Religiosa de Cuenca busca nuevo público al que emocionar

Cuenca

La Semana de Música Religiosa (SMR) de Cuenca ha incorporado a la programación de este año el ciclo de actividades y conciertos denominado Cuaresma Musical, Durante dos semanas en el mes de marzo, el festival ha llevado la música clásica a escenarios que le eran ajenos hasta ahora. Se han programados talleres de musicoterapia en el Centro de la Mujer para víctimas de violencia de género, conciertos gratuitos en iglesias como la de Tarancón o Cardenete, en este caso con su órgano histórico, y recitales en residencias de mayores de la capital como Las Hoces o Sagrado Corazón en la que tuvimos la ocasión de asistir desde Hoy por Hoy Cuenca.

El objetivo de la Cuaresma Musical de la SMR es “hacer llegar la música cuanto a más personas mejor dentro de la ciudadanía de Cuenca”, explica el director artístico del festival Daniel Broncano. “Pensamos que la música tiene la cualidad de hacer el bien, de mejorar la sociedad, y con este fin que es muy sencillo, pero muy poderoso, lo llevamos a colectivos vulnerables como los mayores o en riesgo de exclusión y a pueblos de la provincia”.

Un público muy especial

“Me parece una idea muy bonita”, asegura María Ángeles Briones, la directora de la residencia. “Creo que es fantástico que la Semana de Música Religiosa tenga estas actividades paralelas y que se hayan acordado de las residencias de mayores”.

El público de este concierto son los residentes y sus familiares. Para todos es un día especial por lo que significa tras dos años de pandemia. María Visitación y su marido José asisten atentos acompañados de su hijo y su nuera. “Muy contentos. Me gustan estas cosas y que estemos juntos”, dicen. “Ha sido una situación bastante delicada con momentos duros porque prácticamente no nos hemos podido ver”, dice su hijo Alfonso, que añade que “esta actividad nos gusta a todos porque mis hijos también están relacionaos con la música mis padres ha acudido algunas veces a verles actuar”.

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“Si tenemos en cuenta que llevamos prácticamente encerrados desde hace dos años por la pandemia, y es la primera vez que utilizamos este salón de actos y que hemos invitado a los familiares, pues puede ser un punto de inflexión, pero visto desde un punto de vista más emotivo, pues algo más emotivo por superar todo lo que hemos pasado”, explica Briones.

Lola acompaña a su madre, residente en este centro de mayores. “Es una actividad muy buena”, dice, “y más después de todo lo que llevan pasado los pobres”. Oresta acompaña a su marido que está en esta residencia. “Estamos muy contentos”, dice, “nos tratan muy bien”.

A pesar de la pandemia, “no hemos dejado de preparar actividades en la residencia”, explica la directora de la residencia Sagrado Corazón de Jesús que gestiona la Diputación Provincial de Cuenca, “pero han sido bastante internas y esto rompo esa dinámica tan interiorista que llevábamos”.

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Acercar la música a otros públicos

Los interpretes de la selección musical elegida para estos recitales en residencias de mayores de Cuenca son los alumnos del departamento de Cuerdas del Conservatorio Profesional de Música Pedro Aranaz de la capital. “El conservatorio es nuestro compañero de viaje”, dice Broncano. “Queremos relacionarnos con los actores musicales de la ciudad y esta es una forma de hacerles vivir a los estudiantes la experiencia de tener un impacto social tan valioso como es tocar para los más mayores, un colectivo que ha estado muy aislado durante la pandemia, que de otra forma no tienen una manera de vivir la cultura y creemos que esto es un granito de arena para mejorar la experiencia musical de los alumnos y, a la vez, hacer la vida un poco mejor a estos mayores”.

Para la ocasión se ha seleccionado un repertorio con composiciones cortas de grandes compositores, desde Bach a Morricone, pasando por Telemann, Offenbach o Gardel. “Son pequeñas piezas y aun así nosotros siempre creemos que la música siempre tiene la capacidad de emocionar, de impresionar y de transformarnos”, apunta el Broncano.

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Alumnos del conservatorio

Para los alumnos del Conservatorio Profesional de Música Pedro Aranaz de la capital supone una nueva oportunidad de actuar frente al público, una asignatura que deben aprender. “En el momento Víctor y Paula son intérpretes de acordeón, el primero “porque le gustaba a mi abuelo y ya desde pequeño veía documentales y lo elegí porque me inspiraba mucho”; la segunda confiesa que “por descarte, porque quería estudiar flauta travesera”, pero ahora reconoce que “que muy bien con el acordeón”. Los dos comparten los nervios previos al concierto. “Ya llevamos varios conciertos y con los años lo vas haciendo mejor y más tranquilo”, “pero cuando estás en el escenario a punto de empezar, te tranquilizas y ya salen bien las cosas”, reconocen.

Alberto toca el contrabajo y Rosa y Ainoa el violín. Los tres han interpretado una suite en Re Mayor de Bach. “Con la experiencia de los años al final te acabas acostumbrando poco a poco”, apunta Rosa. “Que se hagan estos acuerdos con el conservatorio nos da, como estudiantes, una gran oportunidad a acercarnos a lo que puede ser nuestro mundo profesional”, explica Alberto.