La realidad de la FSA
El comentario de Alberto Menéndez en 'La Ventana de Asturias' (31/03/22)
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Asturias
Dos actos conjuntos han celebrado esta semana en Madrid el presidente del Principado, Adrián Barbón, y la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra. La número dos de Pedro Sánchez en el partido estuvo también presente durante los tres días que duró el reciente Congreso de la Federación Socialista Asturiana. Lastra continúa manteniendo una muy estrecha relación con el líder de la FSA, lo que, indirectamente, implica también un férreo control sobre la organización en la región.
Lastra y Barbón intentan trasladar la imagen de un partido totalmente unido en Asturias, aunque saben que no es así. Una y otro son conscientes de que el anterior presidente del Gobierno autonómico y, a la vez, durante meses, maximo responsable de la Comisión Gestora federal del PSOE, Javier Fernández (enfrentado siempre a Sánchez), tenía y sigue teniendo el respaldo de influyentes militantes, aunque se haya apartado voluntariamente de la primera línea política.
Existe una lucha soterrada en el seno de la FSA, una confrontación que solo sale a la superficie con cuentagotas. Porque no es cierto que la crisis interna se haya olvidado. Ni mucho menos. Quien conozca a Adriana Lastra sabe que no es de las que olvidan fácilmente.
Lo que está sucediendo en las agrupaciones municipales de Gijón y Llanes es un claro ejemplo de que las heridas están ahí, no cicatrizadas. Hay dos candidatos oficialistas a ocupar la secretaría local de ambas organizaciones, Iván Fernández Ardura y Ángel Morales Fuentecilla, y dos de otros sectores, más o menos críticos: José Ramón García, 'Monchu', y Antonio Trevín. Si alguien abriga alguna duda sobre quién de estos candidatos representa a quien sólo debe fijarse en las personas que están detrás de cada uno de ellos.
Y sí, Adriana Lastra no deja pasar una. Que se lo pregunten al gijonés Víctor Guillot, un militante siempre ácido y nada acomodaticio, ahora expedientado y a punto de ser expulsado del PSOE.