Madrid

Aun a falta de la aprobación del Consejo Europeo, el Gobierno planteaba este lunes un nuevo paquete de medidas para rebajar el precio de la energía. Entre ellas, una nueva ampliación de la cobertura del bono social eléctrico, que supone un descuento en la factura de la luz para las familias más vulnerables. De esta manera, el ejecutivo pretende paliar el impacto de la enorme escalada en los precios de la energía de los últimos meses, que se ha visto acrecentado tras el estallido de la guerra de Ucrania.

A pesar de que cientos de miles de personas disfrutan de los beneficios de este bono, la cobertura del mismo no llega a todos los consumidores que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Fernando Urquiza es responsable de relaciones institucionales y pobreza energética de 'Energía sin fronteras', una ONG que lleva casi 20 años “facilitando el acceso a servicios de energía moderna, agua potable y saneamiento, de forma segura y sostenible a quienes no los tienen o los tienen de forma precaria o inasequible”.

“El problema es que, según datos del propio Gobierno, de acuerdo con los parámetros de Estrategia Nacional de 2020, entre un 10 y un 16 por ciento de las familias en España se encuentra en una posición de pobreza energética”, sostiene Fernando. “Actualmente están acogidas poco más de un millón, y aunque se llegara a la cifra que se puede alcanzar con estas nuevas medidas del Gobierno, hablaríamos de unas 600.000 más, por lo que seguiría existiendo una cifra importante desprotegida”, añade.

El desconocimiento, el principal problema

La causa de esta problemática, en su opinión, es clara: “el desconocimiento”. “La información necesaria no llega a todas las familias, y hay muchas que no saben que tiene esta posibilidad”. “Hay otro problema adicional”, continúa Fernando, “que es conseguir el bono social. Lo que para un ciudadano normal es algo fácil, para una persona en situación de vulnerabilidad, no lo es tanto”.

El bono social, por otro lado, no se aplica a todos los beneficiarios por igual. Tal y como explica Fernando, existen desde consumidores vulnerables severos, en los que el descuento puede llegar a ser del 100%, hasta casos menos extremos en los que la rebaja es de entre un 25 y un 60 por ciento. Existe, del mismo modo, un límite de consumo bonificable. Con el nuevo paquete de medidas puesto en marcha por el Gobierno, estos porcentajes deberían aumentar.

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Cómo reducir el consumo

Pero, ¿qué puede hacer el grueso de los consumidores, también aquellos que no reúnen los requisitos necesarios para solicitar el bono social, para bajar su factura de la luz? En palabras de Fernando Urquiza, “hay que ser conscientes de que, como término medio, el consumo de calefacción y agua caliente supone dos tercios de la factura eléctrica, y todo lo que hagamos para reducir el consumo de estas dos cosas es importante”.

Sobre si la escalada de los precios de la energía ha tocado techo, Fernando quiere pensar que el límite "no puede estar muy lejos", pero asegura que los efectos de la pandemia y de la crisis actual van a aumentar el número de familias vulnerables de manera considerable. Aunque, según sus palabras, se trata de una crisis que venía fraguándose desde mucho antes del inicio del conflicto bélico: “el problema principal es que el precio de la energía ya había subido mucho, pero ahora se ha multiplicado por tres".