El virus del desamor: así han cambiado las relaciones desde el inicio de la pandemia

Madrid

Por encima de todo la pandemia -más que cambiar la forma de amar (que también)-, ha traído una nueva variable para el desamor. Lo ve cada día en su consulta Marta Ibáñez, sexóloga y terapeuta de parejas: "La persona que lo vive como un peligro constante realmente se lo toma como que su pareja le está agrediendo porque si tú entras a casa y no te lavas las manos y me pones el móvil en la mesa donde comemos es que me vas a matar, me estás contagiando. El por favor no salgas con tus amigos porque me vas a contagiar a mí, a los niños".

Las parejas se llegan a romper por este motivo e incluso a no empezar jamás porque esta variable (el miedo pandémico exacerbado) también contamina la primera cita, afecta y mucho a la hora de ligar: "Uf, lleva tres mascarillas. Con este no puedo. O llevaba tres mascarillas y no se las quitaba ni para comer". Esta fricción cuenta la sexóloga Marta Ibáñez tiene difícil solución porque se trata de un miedo razonado y racional. Todos los fantasmas están ahí detrás de las cifras, de los titulares, de las imágenes.

El porno y el confinamiento

De nuevo el panorama lo dibuja la doctora Ibáñez: "A nivel de masturbarte ni tan mal. Lo malo es que ha aumentado mucho el consumo de porno. Sobre todo los que pasaron el confinamiento solos. Han consumido pornografía en exceso y no pueden bajar el ritmo".

Fue muy complicado volver al trabajo presencial con este nuevo hábito en marcha, pero hay otra derivada: los adictos al porno tienen muy limitadas las relaciones de parejas porque es difícil que una pareja les dé el subidón de excitación que se han acostumbrado a encontrar en la industria del porno cuando pasan de 0 a 100 en cuestión de segundos.

Y llegó el amor

Javier y Nacho se conocieron hace exactamente 741 días, es decir, en lo peor de lo peor del encierro y eso es lo que les ha salvado como pareja "nosotros siempre creemos que el confinamiento nos ha ayudado a nuestra historia de amor. Es más, creemos que si no fuera por esa circunstancia a lo mejor no estaríamos juntos porque nos dió la oportunidad de conocernos más y eso ayudó a establecer un vínculo más especial y a enamorarnos de verdad".

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En un mundo de quita y pon, esta burbuja hermética les aisló del ruido que les habría distanciado. Al otro lado de la tómbola está el desamor. Él se llama también Javi y su mujer, ya exmujer, es su pareja de toda la vida, Marisa: "Iniciamos todos los trámites de separación en plena pandemia. Mientras unos hacían pan y ejercicio diario en mi caso particular fue aprender a separarte". Tuvieron que pasar todo el confinamiento juntos porque estaba prohibido salir al portal. Dice que aparcaron el tema aquellas semanas y cuando nos dejaron pisar la calle una hora al día la aprovecharon para vender su piso y alquilar cerca el uno del otro porque comparten dos hijas. Una vez oficialmente soltero, la pandemia continuaba y Javi volvió al mercado: "Yo escuchaba a través de amigos hablar del Tinder y me metí en una de esas aplicaciones. Pero no era Tinder. Era Tender y resulta que era para personas a partir de 60 años y claro, tuve una aceptación increíble". Aquel teléfono no paraba de pitar, de recibir 'me gustas' y cuando se dió cuenta del error era tarde para todas aquellas mujeres de 60, 70 y más que habían visto en este chico de cuarenta y poco el escaparate prometido. Javi ya no quiere saber nada de Apps de citas, prefiere los bares.

El negocio de las apps de citas

Al principio del confinamiento este tipo de aplicaciones sufrió el mismo shock que el resto del planeta y sufrió un importante descenso. Pero luego, poco a poco, experimentaron un crecimiento exponencial y también secreto, porque una de las que más creció 'Badoo', no da cifras aunque su responsable de marca en España, Marian Riquelme, sí subraya el aumento de su prestigio. "Decirle a tus amigas que estabas conociendo a alguien por una dating app era un poco tabú. Con la pandemia se ha normalizado porque no tenías muchas opciones de conocer gente nueva". Hay algo más: también han constatado que sus ususarios ahora son más honestos "la gente va con mucha más claridad a la hora de hablar de sus intenciones. Hemos pasado mucho tiempo solos y sabemos lo que queremos. Para qué andarnos con rodeos".

Ganó el amor, pero hay que esperar

El número de divorcios y separaciones sufrió durante el año 2020 la mayor caída de las dos últimas décadas, pero los abogados de familia aseguran que el arrebato se debe a que los juzgados estuvieron cerrados durante tres largos meses y a que la crisis económica que dejó la pandemia no daba muchas opciones. De hecho, ya ha comenzado una pequeña remontada. En 2021 los divorcios aumentaron casi un 3%.