¡Eres un buitre!: Los insultos animales que usamos reflejan nuestros problemas
Paula Calvo, antrozoóloga y etóloga, que se ha asomado a La Ventana para contarnos lo que se esconde detrás de estos insultos, que son una animalada
¡Eres un buitre! Utilizar a los animales como insulto
Madrid
Ser más sucio que un cerdo, gordo como una vaca, ser una zorra o una víbora o más carroñero que un buitre. El castellano utiliza muy a menudo insultos que tiene que ver con el reino animal, animales a los que adjudicamos características que no suelen ser correctas y que, además, dicen más del ser humano que del animal al que se refiere.
Esto es lo que opina la doctora Paula Calvo, antrozoóloga y etóloga, que se ha asomado a La Ventana para contarnos lo que se esconde detrás de estos insultos, que son una animalada.
“Esto es el especismo, pensar que las características negativas es mejor atribuirlas a otros animales”, ha explicado la etóloga, “que además les estamos atribuyendo características que no les tocan”.
Buitres, cerdos y vacas
Es el caso del buitre: “Los buitres cumplen una función muy importante de limpieza del entrono, realmente es un ave enorme que debería sorprendernos como puede, con esa envergadura, moverse de forma grácil, lo que pasa es que le hemos puesto esta etiqueta negativa”.
Los buitres no son los únicos con mala reputación, también es muy utilizada la expresión ‘ser tan sucio como un cerdo’. Pero, ¿los cerdos son realmente sucios? La doctora Calvo explica que no: “Si os cerdos realmente tuvieran acceso a un espacio normal, natural para ellos, se revolcarían por el barro precisamente para no oler tanto y para estar protegidos de ataques de parásitos y del sol, es como ponerse protección solar, es su tratamiento”.
También estar tan gordo como una vaca, que incurre en la doble problemática de que apela al físico de una persona, “algo clave” destaca la etóloga, y, además, se refiere al aspecto normal del animal: “Es que ese es el aspecto natural de una vaca, nadie quiere una vaca en los huesos”.
Zorras y zorros
El lenguaje que utilizamos respecto a los animales que nos rodean, sentencia la doctora Calvo, “refleja determinados problemas sociales”, como puede ser apelar al físico con apelativos negativos o, como ocurre también con muchos animales, al machismo.
Ser un gallo es ser un chulo, un valiente, mientras que una gallina es una cobarde. Un zorro es astuto, una zorra en la RAE es una prostituta. Un ratón de biblioteca, alguien muy estudioso, mientras que una rata es alguien despreciable.
“Ahí vemos otra característica de la sociedad”, explica la doctora Calvo, “este machismo, estos micromachismos que incluso se ven en estas comparativas”. Todo el lenguaje, pero sobre todo aquel que utilizamos con los animales, refleja más como somos los humanos.
Paula García
Redactora en prácticas en La Ventana desde 2021....