Mimbrería Vidal, un oasis en la ciudad dónde el tiempo se ha parado
Desde 1955 la familia Vidal regenta la tienda, ya son tres generaciones
Mimbrería Vidal, un oasis en la ciudad dónde el tiempo se ha parado
En el casco antiguo de Palma, escondida entre bares, tiendas vintage y al lado de una tienda de patinetes, encontramos una tienda dónde el tiempo, dicen algunos clientes, parece que se ha parado. Un oasis en la ciudad dónde la tradición perdura en el presente. Su puerta llama la atención de los transeúntes. Toda persona que pasea por la calle de la Corderia repara en el número trece. Llama la atención de vecinos, de gente local y también turistas. Todos ellos dedican unos minutos a pasear la vista por cada una de las senalles, capells y otros productos hechos de mimbre que cuelgan en la puerta de entrada. Se trata de un lugar emblemático: es la mimbrería Vidal. Pep Vidal es la segunda generación de los Vidal que la regenta.
Nada más entrar lo que percibes es el aroma. Un olor persistente, con cuerpo, huele a rafia. La mimbrería data del año 1925, en tres años cumplirá el centenario. La familia Vidal la regenta desde el año 1955. Ya han pasado por esta tienda 3 generaciones. Tomás Vidal, hijo de Pep y que lleva el mismo nombre que su abuelo, es ahora el propietario. Empezó a los 19 años en este mundo artesanal. Pero desde bien pequeño pasaba las tardes en la tienda y se aficionó tanto que a día de hoy sigue trabajando en ella.
Senalles clásicas y de colores, capells, cortinas, hilos de rafia y hasta lámparas. En este rincón de Palma puedes encontrar todo tipo de productos. La mayoría fabricados en Artà y Capdepera. Es curioso que, algunos de estos complementos, antiguamente se usaban para trabajar en el campo y en la mar. Son los mismos que ahora se consideran modernos y decoran casas y pisos o los vestimos como bolsos para la calle o la playa.
Mimbrería Vidal ha capeado muchos momentos complicados. El barrio de Canamunt, el conocido antiguamente como 'el barrio chino', ha vivido momentos difíciles. Durante un tiempo se degradó. Se movía mucha droga y la gente no quería transitar por sus calles. Los comercios sufrieron la situación. Luego llegó el momento del Pla Mirall del ayuntamiento. Ahora, convive lo moderno con los pocos locales - cada vez, menos-, como este, que sobreviven al paso del tiempo.
Por esta tienda han pasado todo tipo de personalidades. Entre ellos, la autora junto a David Allan Stewart de esta canción, Sweet Dreams. La cantante Annie Lennox.
Por delante de la mimbrería pasea Pep. Es un hombre mayor, con una bolsa colgada, anda con decisión, pero nos dedica un minuto. Nos cuenta que hace más de 65 años que vive en este barrio. Lo ha visto en todas sus fases de cambio. Ahora, también lo mira con un poco de tristeza porque, para él, las tiendas tradicionales dan vida a las calles y a la zona. Ha visto algunas, muy emblemáticas, cerrar. Se refiere a un local muy conocido de esta misma calle de la Corderia. Ca La Seu, fundada el año 1510. Uno de los locales considerados de los más antiguos de Europa. Vendían artículos de mimbre y esparto. Cerró el año 2010. Tomás Vidal quiere aguantar, por lo menos, hasta que le llegué el momento de jubilarse. Los meses de invierno tienen menos clientela, pero lo compensan cuándo llega el turismo.
En Jordi y en Carlos son dos interioristas de Barcelona. Preguntan y pasean por la tienda buscando objetos originales para decorar una casa. Ahora mismo están realizando unos proyectos residenciales aquí en Mallorca, enfocados a clientes extranjeros. Para añadir valor a su trabajo buscan decoraciones hechas de forma artesanal y que sean producto local. Ambos son de edad joven, vieron la tienda a través de Instagram y la encontraron paseando. La describen cómo un lugar donde ha habido un parón en el tiempo. Y les evoca a recuerdos agradables, la casa de sus abuelos.
En general, el local conserva todos los elementos históricos y eso ayuda a que parezca que el tiempo no ha pasado en el número trece de la calle Corderia. Las baldosas de la pared tienen alrededor de 100 años. Abajo de la tienda encontramos el sótano, espacio dónde antes se blanqueaba el mimbre. Ahora, ya no se usa y se ha convertido en un almacén. Lo cierto, pero, es que el tiempo sí ha pasado. Aunque la mimbrería Vidal sea un rincón de Palma dónde conectar con: las raíces y una tradición que se mantiene intacta al paso del tiempo.