A la gallega

Cartagena

Buenas tardes Cartagena,

Parece ser que aún nos queda un poquico de borrasca gallega por delante en el sureste y resto de territorio español, y no me refiero a la que acompaña al inicio de la primavera más lluviosa que se recuerda, sino a la que nos acompañará durante estos próximos años junto al nuevo adalid del PP y su “lo vamos a hacer bien” .

La cosa promete, y de primeras se ha llenado la boca de democracia apuntalando a su partido como uno de los pilares de la constitución cuando verdaderamente lo que ha hecho ha sido meter la pata hasta el fondo. Por aquel entonces, allá por el 78 ,su partido liderado por un exministro de Franco fue vendiendo el NO a la constitución en su campaña, el NO a la democracia y en la misma votación tan solo la mitad de los representantes voto sí a nuestra constitución. Hablamos de un partido que aún si ha condenado en alguna tímida ocasión el franquismo, lo ha hecho con la boca pequeña.

Y la cuestión es; ¿Llegarán a hacerlo de manera contundente y en el propio congreso? Pues lo tendrán que hacer, pero por el camino dejarán como siempre un reguero de hipocresía, de confusión , de falta de visión, de mentiras,… como siempre, llegarán tarde tal y como con los derechos de los trabajadores – aunque después los disfrutaran- , con el divorcio – aunque luego lo usen- , el matrimonio gay – pese a que después se casen-, el aborto – aunque aborten- o el derecho a la eutanasia – pese a que algún día lo solicitarán-.

Se las dan de demócratas pero son más de Pavías o de indultos para Tejero, más de cañas y falsa libertad.

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Lo dicho, la tormenta gallega la sufrimos hoy a base de agua pese a que el chaparrón gordo ya nos caló lo suficiente – o al menos eso quiero pensar con eso de que no se nos olvide - durante casi dos décadas con la gallega y para más concreción, lucense de turno. Y es que de aquella época, de luces poco, de sombras muchas y todo aunque se salvara de la quema acogiéndose a aforamientos y privilegios varios más burgueses o sátrapas que democráticos o transparentes.

Nos queda un año para elecciones como aquel que dice y unos partidos, por un lado, comienzan a cargar sus fusiles con pólvora mojada, la que representa la ineficacia en la gestión , otros con la indignación que se ha convertido en una constante en esta ciudad ante las promesas incumplidas sobre las verdaderas cosas importantes; el Mar Menor, la ZAL, el AVE,

En un año, pienso, habrá escampado y las dudas, por fin, habrán claudicado.

Buenas tardes Cartagena.