Reduflación: la inflación que no se ve
Tras muchos meses de incremento de la inflación muchas marcas están optando por repercutir sus incrementos de costes en los productos finales, pero no lo hacen directamente subiendo el precio de los envases, si no, en muchas ocasiones, reduciendo el contenido que estos llevan, por lo que pasa más desapercibido para los consumidores. Lo analizamos con Enrique García, portavoz de OCU.
Reduflación: la inflación que no se ve
Madrid
Con un dato de inflación que roza en marzo, según el dato adelantado del INE, los dos dígitos, subir los precios en el lineal del supermercado –o subirlos de forma exagerada- empieza a no ser una opción para muchas marcas, que buscan estrategias alternativas para que los consumidores no vean en primera instancia cómo sus productos se encarecen, aunque lo hagan. Así lo refleja un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios, que apunta que un 7% de los productos analizados –de una muestra de casi 300 productos distintos- optan por lo que se ha dado en llamar ‘reduflación’: reducir la cantidad de cada uno de los envases de forma que, aunque no se modifique el precio del propio envase, el importe por kilo –o por litro- de producto, sí que se encarece.
Así, explican, el envase de Cola Cao es ahora un 3,1% más barato que hace un año, pero también tiene un 7,9% menos de producto, 40 gramos menos, por lo que, en términos reales, cada kilogramo de este cacao es hoy un 5% más caro. Ocurre lo mismo con otros productos, como los lomos de merluza de la marca Pescanova, cuyo precio ha bajado un 7,1% pero por ese importe tenemos hoy un 10% menos de pescado, por lo cual, el precio real se ha incrementado un 3,2%, o con los yogures Activia, de Danone que, aunque ahora cuestan un poquito menos (un 0,2% menos), tienen un 4% menos de producto, por lo que se han encarecido un 4%. Otras marcas optan por aunar las dos estrategias al mismo tiempo: disminuyen la cantidad de producto de sus paquetes e incrementan también el precio. En este sentido, el estudio de OCU apunta, por ejemplo, a algunos productos de Pastas Gallo, como sus macarrones, que tienen un 10% menos de producto, pero además han encarecido un 3,7% el precio del envase, o sus espaguetis, que se han encarecido un 4,1% aunque contienen un 10% menos de pasta. “Legal es, poco ético también. Es legal porque en el envase se indica la cantidad que realmente tiene ese envase y luego se indica el precio por envase y luego el precio por unidad de medida, el pequeñito, y ahí es donde se puede observar que en realidad el producto se ha encarecido, pero nosotros creemos que es poco honesto porque, al final, se juega con esa percepción de los consumidores. La razón es muy clara: los consumidores no pueden pagar más, y además el consumidor está en modo crisis y en modo crisis, el consumidor penaliza la subida de precios, lo castiga no comprándolo” apunta en Hora 25 de los Negocios Enrique García, portavoz de la organización.