Se cumplen 100 años del nacimiento de Castilla del Pino, referente de la psiquiatría española y del compromiso social

Córdoba

El próximo 15 de octubre se cumplen 100 años del nacimiento del psiquiatra, académico y escritor Carlos Castilla del Pino, que desarrolló la mayor parte de su trayectoria profesional y vital en Córdoba.

Referente de la psiquiatría española, clave en la nueva corriente que terminó con los manicomios en nuestro país y que humanizó esta disciplina, trató a más de 100.000 pacientes a lo largo de su trayectoria. Castilla del Pino es uno de los nombres destacados de la medicina y la cultura españolas. Hijo Predilecto de Andalucía, también fue distinguido como Hijo Adoptivo de Córdoba y de Castro del Río, donde falleció a causa de un cáncer en 2009.

Nació en San Roque (Cádiz) y desde su infancia supo que quería dedicarse a la medicina y se inspiró con sus primeras lecturas de Ramón y Cajal facilitadas por quien, en sus palabras, fue su mentor intelectual y moral: Federico Ruiz Castilla.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Madrid en 1946 y doctorado con la tesis 'Fisiología y Patología de la percepción Óptica del movimiento', se formó como interno junto al doctor Juan José López Ibor, con el que se especializó en psiquiatría. Allí conoció el trabajo de Manuel Peraita, que lo reafirmó en su compromiso social, ya marcado por las consecuencias del golpe de Estado y la represión franquista en su entorno familiar. En Madrid se le obstaculizó la posibilidad de conseguir la cátedra y dejó a López Ibor. Más tarde conseguiría ya en democracia, en 1.983, la cátedra extraordinaria de psiquiatría y dinámica social de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba (UCO).

En 1949 consiguió la plaza en el Dispensario de Psiquiatría e Higiene Mental de Córdoba, donde estaría hasta su jubilación a finales de los ochenta y donde conocería de cerca la realidad de los más pobres y excluidos, para los que la salud mental estaba vetada.

Conocido como el "psiquiatra rojo" por su profundo compromiso ético con la sociedad y su firme postura antifranquista, militó desde los 60 hasta 1980 en el Partido Comunista para después vincularse al PSOE. Teórico conocedor de las corrientes internacionales e investigador de ámbitos como la depresión, la incomunicación, buscó una ciencia de la conducta y puso en primera fila el lenguaje como vía para la interpretación de los pacientes. Fue fundamental para la implantación de una nueva atención psiquiátrica basada en la atención ambulatoria, sin separar de inicio a los enfermos de su entorno familiar y social.

Su capacidad, conocimiento y personalidad generaron una escuela que tomaría forma en la Fundación Carlos Castilla del Pino, creada en 1993 en Córdoba.

Su obra ha sido prolífica, desde sus obras puramente científicas hasta ensayos muy leídos como 'La Culpa', 'Teoría de los sentimientos' o 'Cuatro ensayos sobre la mujer'. Escribió sobre la depresión, la incomunicación o el delirio. Además, es autor de dos novelas, 'Una alacena Tapiada' y 'El discurso de Onofre'. Y resumió su vida en la biografía 'Pretérito Imperfecto'.

Divorciado y casado más tarde con Celia Fernández, profesora de la Universidad de Córdoba y hoy presidenta de la fundación, tuvo que superar la muerte de 5 de sus 7 hijos.

Ingresó en la Real Academia Española de la Lengua marzo de 2004, ocupando la silla 'Q', con el discurso titulado 'Reflexión, reflexionar, reflexivo'. Doctor Honoris Causa por tres universidades, San Marcos de Lima, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Cádiz, ganó numerosos premios. Nunca se cansó de dar conferencias y fomentar el intercambio internacional. Y siempre mantuvo su compromiso con la educación, la sociedad, la medicina y el conocimiento.

José María Valls, psiquiatra y secretario de la Fundación Carlos Castilla del Pino, ha explicado en Hoy por Hoy Córdoba que su gran aportación "fue unir situaciones y enfoques que estaban fuera de la psiquiatría: la influencia social en la conducta y el carácter subjetivo de lo que hacemos".

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"Castilla fue derrochado por este país. Su gran vocación era la docencia. El Franquismo, con López Ibor a la cabeza, lo mandó a Córdoba como quien lo manda al Sáhara. No le permitieron salir de aquí. Se presentó a la cátedra 3 veces, alguna de ellas con la policía en la puerta porque era un escándalo que no se la dieran. Y hasta que no hay elecciones no cambia. Realmente el primer decreto que aprueba el gobierno de UCD fue recuperar a los represaliados de la República, entre los que estaba Castilla", ha recordado Valls.

La Fundación Castilla del Pino participará en distintos homenajes a la aportación del psiquiatra. Desde un curso en la escuela que lleva su nombre en la universidad Menéndez Pelayo a un acto en el Instituto Cervantes.