El Mercado Municipal de Altavista languidece y se mantiene con sólo un 50% de los negocios abiertos

El Mercado Municipal de Altavista es uno de los mercados tradicionales con mayor arraigo de la capital grancanaria. Situado en el distrito con mayor población de Las Palmas de Gran Canaria, los efectos de la pandemia; la apertura de nuevos espacios comerciales en el distrito y el incremento de precios de los productos como consecuencia de la guerra en Ucrania han influido en el descenso de clientes de esta espacio comercial que abrió sus puertas hace 52 años.

Actualmente el Mercado de Altavista cuenta con 34 puestos abiertos de los 63 disponibles. En los últimos dos años han cerrado 11 puestos durante la pandemia. Hoy, la imagen que ofrece el Mercado es la de la desolación, pasillos y esquinas a oscuras, completamente vacíos con locales cerrados, todo ello con el contraste de otros pocos espacios abiertos en los que se mantienen algunos puestos que luchan con su fortaleza y esfuerzo por seguir adelante y no sucumbir a los contratiempos.

Uno de esos puestos que se ha mantenido durante décadas en el mercado es la carnicería Guerra. El más antiguo, un negocio familiar que abrió sus puertas junto con las del Mercado hace más de cinco décadas. "Profesionalidad y dedicación", esa es la receta que según indica la placa que este negocio tiene expuesta en uno de sus laterales para permanecer abierto durante tantos años . El hijo del propietario, también al frente de este negocio familiar, Ángel Guerra, en donde ha crecido tras sus mostradores señala a la Cadena Ser que las ventas han disminuido considerablemente, "la clientela está fría han sido muchos fenómenos juntos, la pandemia y ahora esto, una guerra que aunque nos queda lejos, nos afecta a todos". En cuanto a los precios, mientras la mayoría de los puesteros apuntan el encarecimiento de productos como los cárnicos, los lácteos y las hortalizas, especialmente las del país, en torno a un 40%, este carnicero, señala que en su puesto los precios son los mismos que hace un año, "somos conscientes de cómo están las cosas y nuestra manera de arrimar el hombro es esta, manteniendo los precios para ir sorteando la situación".

Davinia Medina, por su parte es una joven que ha escogido el camino más largo, el de asumir en estos tiempos, las riendas de un negocio familiar que abrió su madre, hace 40 años, la frutería Makeke Ohana. Ella lo tiene claro, "no pienso darme por vencida. En este negocio me críe viendo a mis padres ganarse la vida, vendiendo frutas y verduras para darnos un porvenir a nosotros. Y yo he querido seguir el camino que ellos comenzaron hace años. Soy consciente de los tiempos que corren y de cómo están las cosas pero por eso tengo claro que la alternativa que ofrece comprar en un puesto del mercado es la mejor. No tenemos intermediarios, ofrecemos productos frescos del día, el trato es personal. Creo que los clientes tienen mucho que ganar y ese es el motivo por el que estoy aquí".

Por su parte el gerente del Mercado, Antonio Gómez manifiesta que el cierre del puestos ha dejado al Mercado muy debilitado y que "ahora de lo que se trata es de cuidar a los que están abriendo cada día sus negocios para mantenernos y que podamos superar esta racha. Programamos actividades pero no es suficiente. La clientela habitual sigue viviendo pero no es lo que era hace 3 años."