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Un hombre mata a su madre en Barcelona tras años de maltratos

Los vecinos describen al presunto homicida, de 51 años, como un hombre violento, conflictivo y con problemas de drogopendencia

El presunto parricida, detenido por los Mossos d'Esquadra / Andrea Villoria

Barcelona

Maria Rosa Benet tenía 82 años. Hacía casi 30 años que vivía en un bloque construido durante las Olimpiadas de 1992, en la calle Salvador Espriu, en Vía Olímpica de Barcelona. Los últimos cuatro años, sin embargo, apenas se dejó ver por los vecinos, que recuerdan como la policía acudió al edificio varias veces porque la había agredido su hijo, Jaume, que vivía en el mismo bloque. La madrugada de este jueves, Jaume llamó a emergencias, al 112, para informar de que su madre había muerto, según ha avanzado la SER. Cuando los Mossos llegaron al domicilio, encontraron a la mujer muerta, tendida en la cama y con evidentes signos de violencia. Los Mossos han llevado al detenido, de 52 años, para hacer una reconstrucción del matricidio.

Ventana abierta en el domicilio del acusado, donde presuntamente se produzco el crimen

Ventana abierta en el domicilio del acusado, donde presuntamente se produzco el crimen / Andrea Villoria

"Cuando conocías al hijo, temías lo peor", se lamentaba una comerciante del barrio que tenía relación con la víctima y que había preguntado por ella, extrañada de su desaparición. Los vecinos del edificio describen a la mujer como una persona "prudente y callada". "Era una víctima", sentencian. A su hijo, que vivía en el segundo piso - ella, en el tercero-, todo lo contrario: "Era un hombre violento. La primera vez que le vi tiró de una patada una de las mesas del bar. Tenía atemorizados a todos los bares, hasta que le denuncié", rememora Elisabeth, una vecina del bloque, que llevó a juicio al detenido por amenazas y agresión.

Jaume tenía también antecedentes por malos tratos contra su madre, a quien ayer los investigadores encontraron ensangrentada, tendida en la cama. Según fuentes cercanas al caso, la mujer tenía una herida profunda en la cara. El acusado admitió que, al menos, le había pegado un puñetazo hacía varios días. En ese momento, los Mossos acordaron su detención.

"No era nada sociable. Siempre estaba solo. Era un drogadicto", explica una conocida ante el bar donde ayer mismo coincidieron. Según el relato de los vecinos, Jaume no trabajaba y se pasa el día en el bar, bebiendo. Había tenido conflictos con la comunidad porque tenía animales peligrosos. "Bajaba en el ascensor con la serpiente colgando de los hombros y nadie podía decirle nada", relata la vecina del quinto. Las quejas de los vecinos hicieron que le retiraran, según relatan, dos perros peligrosos que tenía: un rottweiler y un staffordshire.

Este jueves agentes de homicidios y de la policía científica de Barcelona seguían peinando el piso de Jaume y escenario del crimen, en busca de pruebas, con el caso bajo secreto de sumario. Este supuesto matricida sigue detenido y pasará a disposición judicial en los próximos dos o tres días. En el barrio, lamentan no haber podido hacer nada antes: “Maria Rosa era encantadora, pero tuvo la mala suerte de tener un mal hijo”.

 
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